El martes 7 de octubre la Cámara del Senado de Chile aprobó el proyecto de ley de Acuerdo de Vida en Pareja (AVP), que tiene por objeto regular los efectos jurídicos de la convivencia de dos personas heterosexuales o dos personas homosexuales. Ahora la iniciativa ha sido enviada a la Cámara de Diputados para su correspondiente proceso.
Algunos diputados expresaron su rechazo al proyecto porque consideraron que no es necesario un AVP para las parejas heterosexuales, ya que actualmente existe una regulación jurídica para ellas a través del matrimonio civil.
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De acuerdo al Censo 2012 de Chile, el porcentaje de las parejas homosexuales que conviven corresponde al 0,27 por ciento de la población de mayores de 15 años (casi 35 mil personas). Las personas heterosexuales que conviven son, por otro lado, 2.078.727, un 15 por ciento de la población total.
"Es lamentable que el Estado no le dé fuerza a la familia que es donde se juega toda la sociedad. Pareciera que el proyecto busca solucionar un problema pero en el fondo no lo logra con el agravante de que algunos van a entrar en una situación de muy poca estabilidad. En el matrimonio, que es la base de la familia, hay una complementariedad entre el hombre y la mujer física, psíquica y de afecto. Juntos forman una familia unida, y de ahí nace la indisolubilidad", aseguró a ACI Prensa Mons. Bernardo Bastres, Obispo de Punta Arenas y Presidente del Área Agentes Evangelizadores de la Conferencia Episcopal de Chile.
María de los Ángeles Arrieta, abogada e investigadora de la Corporación Comunidad y Justicia, afirmó que el AVP sólo resulta conveniente para las parejas homosexuales que quieren regular su situación.
Sin embargo, agregó que el proyecto es "un atentado directo" al compromiso indisoluble porque, si bien existen muchas similitudes en cuanto a derechos y beneficios con el contrato de matrimonio civil, el AVP "reduce los deberes como el de la fidelidad. Este proyecto lo que hace es simplemente aligerar este tipo de obligaciones y conlleva a que la institución misma del matrimonio pierda fuerza".
Ismini Anastassious, Presidenta del ISFEM (Investigación, Formación y Estudio sobre la Mujer, indicó a ACI Prensa que "nuestro mayor llamado como mundo católico es a acoger a las parejas homosexuales que son personas que necesitan de mucho cariño. Sin embargo, sería poco real decirles que su unión va a ser igual de fecunda y con igual proyección de felicidad que la de una unión heterosexual porque no está dada la naturaleza para ello".
Agregó que el foco debe estar dado más bien por ayudar a estos grupos y ofrecerles reales soluciones como acompañamiento y apoyo espiritual.
Uno de los artículos más polémicos del AVP es el relacionado a los hijos. Se señala que en el caso de inhabilidad física o moral del padre o de la madre, el juez puede otorgarle el cuidado personal preferentemente a la pareja que no tiene la inhabilidad; y no a los abuelos que es como se suele proceder en casos similares.
Arrieta calificó este procedimiento como riesgoso ya que no solamente atentaría contra el interés superior propio del niño, sino también sería verlo "como un objeto para poder satisfacer la necesidad de parejas del mismo sexo que quieren tener un hijo".
En este sentido Mons. Bastres afirmó que "hay que pensar que ese hijo no es sólo complemento de los papás, sino que es independiente. Tiene derecho a tener un padre y una madre y a que aquellos que le dieron la vida se complementen y que de alguna manera le ayuden y le entreguen los elementos que él necesita para desarrollarse".
En el contexto del desarrollo del Sínodo Extraordinario de la Familia, que se está realizando en Roma del 5 al 19 de octubre, el Obispo destacó la necesidad de descubrir "el sueño que tiene Dios en la familia para poder llevarlo adelante".
"Hoy día -concluyó- el problema que tenemos como Iglesia no es de contenido, sino que pedagógico. Cómo lo presentamos hoy y cómo eso se lleva a la pastoral. Preguntarnos qué tipo de acompañamiento tenemos que hacer para que aquellos que optan por el matrimonio hagan una experiencia realmente bonita para que los que están alrededor digan que en realidad vale la pena casarse por la Iglesia".