Mons. Sócrates René Sándigo Jirón, Obispo de Juigalpa (Nicaragua), resaltó que para afrontar los nuevos retos a los que la familia se enfrenta hoy día, la Iglesia en América Latina necesita trabajar más a fondo en "preparar a las familias".
Desde la ciudad de Roma, donde participa en el Sínodo de los Obispos para la familia del 5 al 19 de octubre, Mons. Sándigo explicó a ACI Prensa que "es interesante ver que no se trata de volver a costumbres del pasado, sino preparar a las familias para que enfrenten los nuevos retos, las nuevas formas de vida".
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El Prelado afirmó que en Nicaragua, las leyes "por no estar bien formuladas y con una buena inducción más bien han intensificado y engrandecido la violencia en la familia". "Considerando que nosotros tenemos que acompañar más a la familia, creo que es obvio que un obispo de Nicaragua hable de las afectaciones externas contra la familia: la pobreza, la migración, la violencia, producto todavía de esa cultura machista", insistió.
Nicaragua ha sido un país de migración continua. Tiempo atrás sus migrantes se dirigían hacia los Estados Unidos, pero hoy día, hacia los países vecinos, y de manera particular hacia Costa Rica. "Esto ha traído como consecuencia que cuando las familias se separan por mucho tiempo terminan dividiéndose y destruyéndose, porque está la parte de familia que se queda, y la que se fue, que muchas veces crea una nueva familia", dijo.
"Las consecuencias de esto son hijos sin padres, y en muchos casos, si tienen padres sustitutos han habido violaciones y abusos de menores… entonces, para nosotros, ese es un reto pastoral que tratamos de enfrentar dando un acompañamiento a las familias. Y en esta línea, hemos creado un plan pastoral declarando el año 2014 como el año de la familia, desarrollando acciones nacionales, diocesanas, parroquiales, para fortalecer esta institución".
Para Mons. Sándigo, la transmisión de la fe en la familia es un eslabón fundamental para la construcción de la sociedad, por eso destaca una problemática que afecta a los jóvenes de hoy día: el miedo al compromiso.
"Otro fenómeno que nos afecta es la inestabilidad de las familias producto del temor que hay al Sacramento del matrimonio, hay pánico a la continuidad. El hombre nicaragüense no se arriesga, porque en su cultura ha transcurrido de generación en generación una costumbre de tener varias mujeres, una oficial y otra más. Y eso se convierte para mí en un gran reto", señaló.
Por último, el Obispo lamentó la tragedia de los migrantes latinoamericanos que viajan a los Estados Unidos en busca de un futuro mejor y a menudo caen en las mafias, abusos sexuales y el tráfico de órganos. De manera especial lamentó la tendencia de las familias centroamericanas de enviar a sus hijos pequeños a la frontera solos.
"Es un fenómeno, porque mientras en Honduras y El Salvador se habla de miles de niños, las estadísticas arrojaron que de Nicaragua fueron solo 52 niños. Es paradójico, porque el nicaragüense no está emigrando mucho a Estados Unidos, es más a Costa Rica. Por ende, un nicaragüense de clase pobre, con necesidades que va en búsqueda de trabajo", concluyó.