Durante la Sexta Congregación General del Sínodo de los Obispos realizada ayer miércoles por la tarde, los prelados afirmaron que "la Iglesia no es una aduana, sino una casa paterna y por lo tanto debe acompañar pacientemente a todas las personas, incluso a aquellos que se encuentran en situaciones pastorales difíciles".
"La verdadera Iglesia Católica cuenta con familias sanas y con familias en crisis, de ahí que en el esfuerzo de santificación diaria no deba mostrarse indiferente ante la debilidad porque la paciencia implica la ayuda activa a los más débiles", expresaron los obispos durante el debate del tema previstos en el Instrumentum laboris: ''Las situaciones pastorales difíciles. Situaciones familiares / Acerca de las uniones entre personas del mismo sexo''.
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Según informó la Santa Sede, los prelados señalaron la necesidad de agilizar los procedimientos para los casos de nulidad matrimonial y la incorporación de laicos más competentes a los tribunales eclesiásticos, "pero también se señala el peligro de la superficialidad y la necesidad de salvaguardar siempre el respeto a la verdad y los derechos de las partes".
Esto, explicaron, porque "el proceso no es contrario a la caridad pastoral y la pastoral judicial debe evitar ideas que culpabilizan para favorecer, en cambio, una discusión tranquila de los casos". Asimismo, se habló "del supuesto de recurrir a la vía administrativa, que no sustituye a la judicial, sino más bien la complementa". En ese sentido, "se propuso que corresponda al obispo la decisión de cuales solicitudes de verificación de nulidad pueden tratarse por ese camino administrativo".
Además, "se hizo un fuerte hincapié en la actitud respetuosa con los divorciados que se han vuelto a casar, porque a menudo experimentan también situaciones de malestar o de injusticia social, sufren en silencio y en muchos casos buscan a través de un camino gradual llegar a participar más plenamente en la vida eclesial. La pastoral, por lo tanto, no debe ser represiva, sino llena de misericordia".
Durante la congregación se volvió a señalar la necesidad de "mejorar la preparación para el matrimonio", que presente la belleza de este sacramento, "junto con una educación afectiva adecuada, que no sea sólo una exhortación moralista que termina generando una especie de analfabetismo religioso y humano". Asimismo, se abordó sobre los matrimonios interconfesionales.
Los obispos recordaron el Sínodo Ordinario celebrado en 1980 sobre ''La familia cristiana''. "Se evidenció la notable evolución que se ha producido desde esa fecha en la cultura jurídica internacional, la necesidad de que la Iglesia sea consciente de este dato y que las instituciones culturales - como las universidades católicas - se confronten con esta situación para seguir desempeñando un papel en el debate actual", se informó.