Una multitud, en su mayoría jóvenes, participó este fin de semana bajo una lluvia intensa en buena parte del camino de la 40 peregrinación a pie a Luján, donde el Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, recordó ante la Virgen que "en la Patria somos hermanos y la fraternidad la necesitamos para seguir adelante".
La Policía bonaerense no informó de la cantidad de personas que participó de esta caminata a la casa de la patrona nacional que llevó por lema "Madre, ayúdanos a trabajar por la paz", pero, pese a la inclemencia del tiempo, ciento de miles se animaron a caminar los 60 kilómetros.
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El Purpurado presidió la misa concelebrada desde el altar levantado en la Plaza Belgrano, frente a la basílica.
"Aunque llegaron pasados de agua, llegaron aquí a la casa de la Virgen", destacó y agregó que "lo que más quiere la Virgen es que vivas libre de todo lo que te esclaviza, comenzando por el pecado. Libre como un hijo y una hija de Dios. Ella quiere bendecir tu vida y tu camino".
"Ella quiere también que el río de vida que te acompaño en el camino los reconozca como a tus hermanos y a tus hermanas, y a partir de ahora cuando se encuentren en tu ciudad, en tu pueblo, en tu trabajo, no los trates como extraños. En la patria somos hermanos y la fraternidad la necesitamos para seguir adelante. ¡Hay futuro si somos hermanos!", sostuvo.
El Primado argentino mantuvo un diálogo a la distancia con los peregrinos y repitió tres veces: "La Patria tiene una Madre y se llama…", a lo que los peregrinos respondían: "María" e insistió en recordar que los argentinos "somos hermanos".
El Cardenal Poli también destacó al llamado "Negrito Manuel", primer custodio de la imagen, al recordar que "su frase tiene que ser jaculatoria que tenemos que llevar en el corazón: Soy de la Virgen nomás".
Asimismo, agradeció a quienes iniciaron esta peregrinación 40 años atrás, en especial el Padre Rafael Tello: "Seguro está en el cielo viendo los frutos de esta peregrinación que crece y crece".
A las 6.45 llegó a Luján el grupo con la "imagen cabecera" de la Virgen que salió el sábado al mediodía del santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers.
Minutos antes se acercaron a esa imagen unos quince peregrinos que participaron de la primera marcha juvenil a Luján aquel 25 de octubre de 1975, alentados por el sacerdote Rafael Tello, cuyos restos están sepultados en la basílica nacional.
La peregrinación se enmarcó, además, en el "itinerario bautismal" de la arquidiócesis de Buenos Aires, por lo que se ofreció el bautismo a los peregrinos que se formaron para recibir este sacramento.