'Familia y futuro de Europa'' es el tema de la asamblea plenaria que reúne estos días al Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas. El Papa Francisco ha recibido el pasado viernes por la mañana a setenta de sus miembros y les ha entregado un discurso en el que subraya que como pastores cercanos a su pueblo saben muy bien la complejidad del panorama y los grandes retos que debe enfrentar, también en Europa, la misión de la Iglesia.
''Estamos llamados a ser -dice el documento- una Iglesia en ''salida'' que se mueve del centro a la periferia para ir hacia todos, sin miedos, sin desconfianza y con valentía apostólica''.
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Pasando al tema de la asamblea plenaria, el Santo Padre escribe que constituye una ocasión importante para reflexionar juntos sobre cómo valorizar a la familia como precioso recurso para la renovación pastoral haciendo hincapié en que los pastores y las familias deben trabajar juntos en un espíritu de humildad y diálogo sincero, para que las comunidades parroquiales se conviertan en "familia de familias".
En ese sentido señala que ''no faltan diversas experiencias de pastoral de la familia y de compromiso político y social para ayudarlas, sea a las que viven una vida matrimonial normal, como a las marcadas por problemas o rupturas".
"Es importante captar estas experiencias significativas presentes en los diversos ámbitos de la vida de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, sobre las que ejercer un discernimiento adecuado, para después ''incorporarlas a la red'', involucrando así otras comunidades diocesanas''
Si la colaboración entre los pastores y las familias se extiende también al campo de la educación se favorecerá la maduración de un espíritu de justicia, de solidaridad, de paz, y también de coraje sobre las convicciones propias.
''Se trata -señala el Papa- de apoyar a los padres en la responsabilidad de educar a sus hijos, protegiendo el derecho fundamental de que den a sus hijos la educación que consideren más adecuada".
"Los padres, de hecho, siguen siendo los primeros y principales educadores de sus hijos, por lo que tienen el derecho de educarlos de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas. En este sentido, se podrán delinear directivas pastorales comunes y coordinadas para promover y sostener eficazmente las escuelas católicas''.
Al final de su discurso, Francisco invita a los presentes a proseguir sus esfuerzos para favorecer la comunión entre las diversas Iglesias de Europa, facilitando una colaboración adecuada para una fecunda evangelización.
''También los invito a ser una 'voz profética' en la sociedad, especialmente cuando el proceso de secularización en curso en el continente europeo tiende a hacer cada vez más marginal hablar de Dios'', concluyó el Papa.