Los Obispos españoles han enviado una nota en la que reiteran su apoyo a la defensa de la vida tras la decisión del gobierno de España de retirar el Anteproyecto de Ley para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada y en la que afirman que "proteger y defender la vida humana es tarea de todos, principalmente de los Gobiernos". 

 

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"La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española desea de nuevo hacer oír su voz", afirman los Obispos en esta carta y recuerdan que "la vida humana es sagrada e inviolable y ha de protegerse desde la concepción hasta su fin natural. En esa defensa ocupan un lugar privilegiado los más débiles: aquellos que habiendo sido ya concebidos no han nacido todavía. La ciencia prueba que desde el momento de la concepción hay un nuevo ser humano, único e irrepetible, distinto de los padres".

 

Los prelados españoles afirman en la nota que "no se puede construir una sociedad democrática, libre, justa y pacífica, si no se defienden y respetan los derechos de todos los seres humanos fundamentados en su dignidad inalienable y, especialmente, el derecho a la vida, que es el principal de todos".

 

En ese sentido han subrayado que "España sigue siendo, por desgracia, una triste excepción, al llegar incluso a considerar el aborto como un 'derecho'" y precisan que "es especialmente grave la responsabilidad de quienes, habiendo incluido entre sus compromisos políticos la promesa de una ley que aminoraba algo la desprotección de la vida humana naciente que existe en la vigente normativa del aborto, han renunciado a seguir adelante con ello en aras de supuestos cálculos políticos. Hay bienes, como el de la vida humana, que son innegociables".

 

Los Obispos reconocen que existen dificultades en la vida humana y que "la Iglesia conoce bien los sufrimientos y carencias de muchas personas" y tomando unas palabras del Papa Francisco han recordado que "aún hemos de hacer más 'para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias'".

 

A pesar del incumplimiento del gobierno de esta promesa electoral los Obispos aseguran que no es momento para la desesperanza y el desencanto democrático ante reveses legislativos y han recordado el trabajo que numerosos voluntarios y organizaciones de apoyo a la vida y a la promoción de la mujer realizan y que les animan a seguir adelante "extendiendo la civilización del amor y la cultura de la vida, y a abrazar sin condición a todos, especialmente a los que más sufren".

 

Y han subrayado la importancia del compromiso de ayuda para "acompañar sin descanso a las madres embarazadas para que, ante cualquier dificultad, no opten por la "solución" de la muerte y elijan siempre el camino de la vida, que es el de la realización más plena de la verdadera libertad y progreso humano".