El Papa Francisco aconsejó este jueves a los obispos visitar siempre a sus sacerdotes para conocerlos mejor, y los invitó a utilizar, "siempre que sea posible, la dulzura, la persuasión y el estímulo para despertar el celo pastoral, mejor que las sanciones apresuradas y la severidad".
El Santo Padre dijo estas palabras durante la visita ad limina de los obispos de Costa de Marfil, y les aseguró que "la formación de un 'presbyterium' fraternal y unido, alrededor de su obispo es lo que hace que los sacerdotes se apeguen a su propia diócesis y lo que les lleva a concederle la prioridad, ya que muchos sienten la tentación de partir lejos, en detrimento del pueblo de Dios que necesita su ministerio".
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En su discurso, el Papa también abordó la necesidad de reconciliación que tiene Costa de Marfil, país que ha sufrido dos guerras civiles en lo que va del siglo.
''La comunión fraternal que reúne en torno a Cristo a los obispos de una nación es indispensable tanto para el crecimiento de la Iglesia como para el progreso de la sociedad. Y esto es todavía más verdadero en un país que ha sufrido serias divisiones y necesita su testimonio y su compromiso firme para reconstruir la fraternidad", señaló.
"¡No dejemos que nos roben el ideal del amor fraternal!", expresó el Papa. Indicó que siendo realmente hermanos abiertos al diálogo y "dejando un lugar a cada uno, especialmente a los más jóvenes entre ustedes, darán un nuevo impulso misionero y transformarán realmente la sociedad, para que responda más al ideal evangélico".
En ese sentido, les recordó que no están solos, pues "están apoyados por el clero, generoso y motivado, cuyo número crece sin cesar".
"Pero para evitar las dificultades y carencias que conocen algunos sacerdotes, la mejor manera es sin duda la calidad de su formación, inicial y permanente, el impulso de una fraternidad sacerdotal que supere las divisiones étnicas y, en especial, la proximidad y la atención que, como padres amorosos y atento, tenéis que dar a cada uno de ellos", señaló.
El Papa también agradeció la labor que los religiosos realizan junto a los laicos en sectores como la educación, la salud y desarrollo. "Es un trabajo apreciado por todos y, además, absolutamente indispensable porque hay una conexión íntima entre evangelización y promoción humana".
En ese sentido, afirmó que tampoco olvida a los ancianos que ''a pesar de la mentalidad africana tradicional que los rodea de una especial veneración muchos de ellos se encuentran en estos tiempos solos o abandonados, porque la cultura del 'descarte' ya ha aparecido en sus sociedades. Pero su participación es indispensable para el equilibrio de un pueblo y la educación de la juventud".