El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, con ocasión de la consagración del Santuario del Señor de Huanca de la Parroquia El Espíritu Santo de Manchay en la cima del cerro Castilla, alentó a los fieles a no perder la fe que nos legaron nuestros abuelos.
La ceremonia de consagración del santuario, idéntico al que se encuentra en el pueblo de San Salvador, en Cusco, contó con la presencia de miles de cusqueños residentes en Lima.
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El Cardenal Juan Luis Cipriani alentó a los fieles a cuidar las tradiciones populares como la que mueve a los cusqueños a peregrinar cada 14 de septiembre llevando ofrendas para el Señor de Huanca.
El Arzobispo señaló que "hoy Lima refleja esa variedad del Perú y los benditos hermanos de la sierra nos enseñan a tener fe. No perdamos nuestras costumbres, sigamos teniendo ese amor a la cruz, ese amor a la mamacha María, ese amor a la hermandad que nos lleva a cuidar a los hijos".
"Que nadie nos quite esa fe que nuestras abuelas dejaron en nuestros pueblos", alentó.
El Cardenal Cipriani señaló que "la identidad de los peruanos tienen una raíz que está muy metida en el corazón. Esos hermanos nuestros en las alturas nos enseñan y nos recuerdan que nuestra vida tiene una huella desde nuestros bisabuelos de todos los siglos".
"Por eso con gran alegría venimos a este santuario porque recordamos que desde pequeños nos enseñaron a amar e invocar a Cristo", dijo.
Sin embargo, el Arzobispo pidió a los fieles alejarse del pecado en las celebraciones patronales.
"El pecado, la borrachera nos alejan del Señor de Huanca. Dejemos el pecado, es lo único que de verdad hace daño", exhortó el Primado del Perú.
"Caminar hasta aquí arriba es como dejar huella, porque la vida es un caminar, la vida es un esfuerzo. Por eso, acompaña siempre al Señor de Huanca, reza y aléjate del pecado", concluyó.
Al concluir la Misa, en representación de todos los cusqueños residentes en la capital del Perú, la familia Sota entregó al Arzobispo de Lima el varayoc y un chullo, como señal del cariño de los fieles a su pastor, por identificarse con los provincianos que radican en Lima.