La Magister Alicia Errazquin, experta en Ética Biomédica, afirmó que desde que empezaron las fertilizaciones in vitro, han fallecido en el mundo 125 millones de niños, una cifra cuatro veces más alta que las ya muchas vidas "que se han perdido por la pandemia del SIDA".
"Hay unos 125 millones de niños que han muerto aproximadamente desde la implementación de esta técnica hasta nuestros días", declaró Errazquin para ACI Prensa el pasado 1 de septiembre, tomando cifras de la sociedad europea de datos.
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Mientras que los fallecidos por la pandemia del SIDA "son unos 35 millones, según datos de la UNAIDS (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / SIDA)", explicó la también catedrática de la Universidad Libre Internacional de las Américas con sede en Valencia, España.
De igual forma, Errazquin manifestó que la maternidad, en los actuales escenarios de la concepción humana, está alterada como consecuencia de la aplicación de las técnicas de la fertilización in vitro. La cual cambia el paradigma de la fecundación humana.
"Hace posible que un niño pueda ser generado en un laboratorio… pero el trastorno de llevar un procedimiento natural al laboratorio nunca va a poder ser transcrito totalmente. Es decir, lo 'in vivo' no puede hacerse 'in vitro'", señaló.
A su vez, resaltó que "el niño necesita generarse en el cuerpo de su madre, hacerse en el cuerpo de su madre" porque lo in vitro se traduce en una "peor salud para los niños que van a nacer". Además, sostuvo que "la consecución de la técnica tiene consecuencias que son muy graves. Una de ellas es la muerte de embriones que se producen para dar un niño".
Más adelante, Errazquin hizo referencia a los estudios del psiquiatra neonatal francés Benoît Bayle, que ha podido llevar una estadística sobre el comportamiento que manifiestan los niños que han sido producto de la fertilización in vitro.
"Por un lado hay niños que manifiestan un sentimiento de culpa por pensar que ellos están vivos y han muerto muchos hermanos suyos para que él esté vivo. Y por otro lado hay una manifestación de un comportamiento de ser todopoderoso e invulnerable que diríamos 'a pesar de todos los controles que he sufrido, yo aquí estoy'", describió.
Ante todo esto, ella presenta la alternativa de la Naprotecnología, una tecnología de la procreación natural que es restitutiva de la fertilidad. Las diferentes evaluaciones de este tratamiento "permiten conocer cuáles son las razones de esa infertilidad y poder ser tratada", explicó la catedrática.
Dentro de las razones para la infertilidad se encuentran la de tipo físico y emocional. "Puede haber por ejemplo una obstrucción de trompa, un impedimento de la llegada, o puede haber una razón que sea emocional, afectiva que debe ser tratada. En fin, es conocer cuáles son las reales razones de la infertilidad", añadió.
Por último, enfatizó que "esto es muy diferente a la fertilización in vitro, porque la fertilización in vitro lo que hace es conseguir un niño de modo artificial, en un laboratorio con todas las consecuencias que veíamos, mientras que esto es restitutivo de una función que es natural, la de la fertilidad".