Como en todas las guerras, los niños de la Franja de Gaza llevaron la peor parte del último conflicto en la región. Lo sabe bien el Padre Jorge Hernández, misionero argentino del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) y párroco de la iglesia de la Sagrada Familia, quien recurrió a toda su creatividad para asistir a los fieles durante los ataques.
"Esta guerra fue superior a todas las anteriores. Hemos podido experimentar cosas que desgarran el corazón. Niños que por el miedo se les cae el pelo, enormes traumas, adolescentes que no se despegan de sus padres ni para andar por su propia casa", recordó en una entrevista concedida a ACI Prensa/EWTN Noticias en Roma el 1 de septiembre.
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"He recibido llamadas constantes de mis parroquianos: 'Padre, no sé qué hacer, no puedo dominar la situación, mis hijos lloran, y no sé cómo salir de esto", afirmó el P. Hernández.
Para sobrevivir a los 52 días de guerra en Gaza, el P. Hernández pidió a los padres de familia echar mano de la imaginación, animando a las familias a improvisar algún juego que distrajera a los pequeños durante los ataques israelíes.
"Por ejemplo, si escuchamos una bomba tenemos que saltar y aplaudir. En otros momentos se echa mano de la música. Es fuerte lo que estoy diciendo, pero al ritmo de las bombas dar palmas o bailar. Todos métodos improvisados para evitar justamente los males a los niños", explicó.
"Basta pensar una cosa: un niño de seis años en Gaza ya ha vivido tres guerras. ¿Cómo desarrolla un niño así su afectividad y su crecimiento espiritual y psíquico? ¿En medio a tanta violencia, si pierde a su papá o a su mamá en la guerra? Esto es lo más corriente. ¿Qué se puede esperar de una situación de violencia? Quienes sufrirán el bloqueo de Gaza no son solo las personas mayores, sino los niños, las generaciones futuras", lamentó.
El P. Hernández, de 37 años de edad, comenzó a estudiar árabe en Egipto en el año 2001, allí vivió por varios años ayudando en las misiones del IVE en la ciudad de Alejandría y al sur del país. También vivió en Túnez y Jordania, y a finales de 2008 fue traslado a la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza a petición del Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Fouad Twal.
"Nuestros superiores siempre nos han ofrecido la posibilidad de poder salir. Pero me quedo simplemente porque es Evangélico, es Jesucristo quien nos lo pide, el Pastor que da la vida por sus ovejas. Hay que tratar de imitarlo como Él lo hizo, inclusive en circunstancias tan difíciles como es una guerra", afirmó.
En Gaza "se sigue persiguiendo a Jesucristo, se sigue matando a niños inocentes"
Gaza acoge hoy a dos millones de habitantes, de los cuales 1. 350 son cristianos y 136 son católicos, pero históricamente fue un cruce de caminos. María, José y el Niño Jesús, debieron pasar por Gaza cuando huían a Egipto.
"Apenas tan niño y ya buscaban matarlo. Los tiempos no han cambiado mucho. Se sigue persiguiendo a Jesucristo, se sigue persiguiendo y matando a niños inocentes. Porque en realidad, lo que satánicamente se busca es destruir a Jesucristo", lamentó el P. Hernández.
La Sagrada Familia debió atravesar lo que se conoce como la "Via Maris", el "camino hacia el mar", que unía Jerusalén con Egipto y conectaba todas las idas y venidas de la gente que transitaba por allí.
El misionero argentino visitó el pasado 29 de agosto al Papa Francisco en el Vaticano, quién lo acompañó durante la guerra con el frecuente envío de mensajes de correo electrónico. Regresó al Gaza el 2 de septiembre, donde con la ayuda de Caritas se prepara para enfrentar el duro invierno y los efectos de la guerra.