En medio de los crecientes conflictos con los separatistas pro-rusos, un Obispo greco-católico ucraniano hizo un llamado a la paz y afirmó que la Iglesia está enfrentando una mayor persecución a medida que la lucha continúa.
"Pese a que no se ha anunciado oficialmente, parece ser una guerra contra Ucrania", dijo Mons. Dionisio Lachovicz a ACI, el 28 de agosto. "Creo que la única esperanza está en el Señor, por lo tanto, llamamos a todos a rezar por la paz".
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Mons. Lachovicz, visitador apostólico de la Iglesia greco-católica ucraniana en Italia y España, explicó que en medio de las crecientes tensiones entre ucranianos y separatistas pro-rusos "una nueva persecución se está librando contra los católicos griegos dentro de los territorios a manos de los rusos".
En Donetsk, una gran ciudad al este de Ucrania, "la residencia del Obispo ha sido saqueada y cerrada. Los terrenos de la catedral han sido destruidos por los cohetes de los separatistas. Obispos y casi todos los sacerdotes greco-católicos se han visto obligados a abandonar la zona de Donetsk", explicó el Obispo.
"La Iglesia ha sido profanada por rebeldes que chantajean al clero y amenazan con represalias sobre los feligreses. Y hace sólo unos días, el monasterio de los Siervos de Dios fue ocupado por los separatistas".
Según la BBC, unas 2.600 personas han muerto desde abril, cuando la anexión rusa de Crimea provocó que los rebeldes tomaran una gran parte de las regiones de Donetsk y Lugansk.
Los intensos combates continúan cerca Mariupol, el estratégico puerto ucraniano ubicado a orillas del Mar de Azov. Las fuerzas rebeldes están tratando de tomar la ciudad, pero las tropas del gobierno de Ucrania se mantienen en el lugar.
El 26 de agosto, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, se reunieron para discutir sobre la actual crisis, en donde se saludaron con un apretón de manos y Poroshenko adelantó elaborar una nueva "hoja de ruta" para la paz.
Sin embargo, dos días después las tensiones se dispararon cuando al menos mil soldados rusos entraron a Ucrania. El 29 de agosto, se realizó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para hacer frente a la situación.
"Si la Iglesia Ortodoxa de Rusia, junto con todas las iglesias en Ucrania se unieran en la oración de Jesús de 'que todos sean uno', entonces ellos acordarían una 'hoja de ruta' mucho más realista", explicó Mons. Lachovicz.
El Obispo lamentó el hecho de que en lugar de unificar a las iglesias, la situación actual se está utilizando para causar mayor división. En junio, durante el cuarto foro europeo para el diálogo ortodoxo-católico, el Metropolitano Hilarión de Volokolamsk, Presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú, "sin ningún documento como respaldo, acusó a la Iglesia greco-católica 'por su papel destructivo en la crisis de Ucrania'".
Si todas las partes en el conflicto pudieran realmente llegar a un acuerdo, ellos "confirmarían la sencilla determinación del Papa Francisco" de que "nada se pierde con la paz", observó el Obispo.
"Me gustaría invitar a todos a rezar por la paz junto con el Santo Padre", dijo el Obispo, "porque hacer la paz requiere coraje, mucho más que para hacer la guerra".
"El coraje de decir sí al encuentro y no a los conflictos; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad, sí a la observancia de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no a la duplicidad".