El Presidente de la Comisión Episcopal de Estados Unidos sobre la Justicia Nacional y Desarrollo Humano, Mons. Thomas G. Wenksi, denunció el preocupante aumento de desempleo entre los jóvenes.
"Nuestro reto en este Día del Trabajo es responder al desafío de la solidaridad propuesta por Jesús", afirmó Mons. Wenski en una carta emitida por el próximo 1 de septiembre. "Cada uno de nosotros está hecho a imagen de Dios y, como tal, poseemos una profunda dignidad humana. Por lo tanto, tenemos la obligación de amar y reconocer esa dignidad en los demás, especialmente en nuestro trabajo", expresó Mons. Wenski.
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En la carta, el Arzobispo señaló que si bien la economía aumentó y el desempleo disminuyó en el último año, el crecimiento del empleo ha sido limitado, provocando un alto índice de pobreza y una tasa de desempleo del 13 por ciento entre los adultos jóvenes, lo que constituye "más del doble del promedio nacional".
En Estados Unidos, cada vez más adultos jóvenes se ven enfrentados al subempleo, grandes deudas y pocas oportunidades de trabajo.
En otras partes del mundo, los adultos jóvenes se enfrentan incluso a peores situaciones, continuó el Arzobispo, ya que muchos "han recurrido a la economía informal inestable, y a veces peligrosa, para poder llegar a fin de mes".
El Arzobispo subrayó que "el Papa Francisco ha utilizado un lenguaje muy fuerte para hablar sobre el desempleo en los adultos jóvenes, calificándolo como una 'atrocidad' y un símbolo de la "cultura del usar y tirar'".
"El trabajo significativo y decente es fundamental para que los adultos jóvenes busquen formar familias sanas y estables", aseguró Mons. Wenski. Asimismo, el Arzobispo señaló que se debería hacer más para apoyar a los adultos jóvenes y para proporcionarles una base en la que puedan formar una familia.
No apoyar el trabajo justo, advirtió el Arzobispo, tiene consecuencias graves, lo que contribuye a una caída en las tasas de natalidad y la disminución en número de matrimonios.
"Aunque no es la única razón, muchos adultos jóvenes que no han podido encontrar un trabajo digno están retrasando el matrimonio y el sueño de formar una familia".
Mons. Wenski animó a apoyar las políticas e instituciones "que generan puestos de trabajo decentes, pagan salarios justos y apoyan la formación y estabilidad de la familia", reconociendo de ese modo la dignidad de los trabajadores y del trabajo.
"El aumento del salario mínimo, más y mejores programas de capacitación laboral y regulaciones más eficientes que reduzcan al mínimo las consecuencias negativas no deseadas pueden ser un buen punto de inicio en esta tarea", sugirió.