El Papa Francisco tuvo este sábado un encuentro con los religiosos y religiosas de Corea en el que destacó el valor de la castidad como "entrega exclusiva al amor de Dios" y donde exhortó a manifestar el voto de pobreza "en el estilo de vida, personal y comunitario".
Desde el Centro de Entrenamiento de la "Escuela de Amor" de Kkottongnae, el Papa afirmó que "una experiencia viva de la diligente misericordia del Señor sostiene también el deseo de llegar a esa perfección de la caridad que nace de la pureza de corazón".
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"La castidad –sostuvo- expresa la entrega exclusiva al amor de Dios, que es la 'roca de mi corazón'. Todos sabemos lo exigente que es esto, y el compromiso personal que comporta. Las tentaciones en este campo requieren humilde confianza en Dios, vigilancia y perseverancia".
Francisco, que alentó a perseverar también en los votos de pobreza y obediencia, explicó que gracias al "consejo evangélico de la pobreza, ustedes podrán reconocer la misericordia de Dios, no sólo como una fuente de fortaleza, sino también como un tesoro".
"Incluso cuando estamos cansados, podemos ofrecer nuestros corazones agobiados por el pecado y la debilidad; en los momentos en que nos sentimos más indefensos, podemos alcanzar a Cristo, que se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza. Esta necesidad fundamental de ser perdonados y sanados es en sí misma una forma de pobreza que nunca debemos olvidar, no obstante los progresos que hagamos en la virtud".
Sin embargo, advirtió que el voto de pobreza "también debe manifestarse concretamente en el estilo de vida, personal y comunitario. Pienso, en particular, en la necesidad de evitar todo aquello que pueda distraerles y causar desconcierto y escándalo a los demás".
"En la vida consagrada, la pobreza es a la vez un 'muro' y una 'madre'. Un 'muro' porque protege la vida consagrada, y una 'madre' porque la ayuda a crecer y la guía por el justo camino. La hipocresía de los hombres y mujeres consagrados que profesan el voto de pobreza y, sin embargo, viven como ricos, daña el alma de los fieles y perjudica a la Iglesia", advirtió.
Francisco pidió a los religiosos y religiosas reflexionar "en lo peligrosa que es la tentación de adoptar una mentalidad puramente funcional, mundana, que induce a poner nuestra esperanza únicamente en los medios humanos y destruye el testimonio de la pobreza, que Nuestro Señor Jesucristo vivió y nos enseñó".
"Con gran humildad, hagan todo lo que puedan para demostrar que la vida consagrada es un don precioso para la Iglesia y para el mundo. No lo guarden para ustedes mismos; compártanlo, llevando a Cristo a todos los rincones de este querido país. Dejen que su alegría siga manifestándose en sus desvelos por atraer y cultivar las vocaciones", exhortó.
Finalmente, el Papa los llamó a ser "celosos en su amor a la Iglesia en Corea". "Encomiendo a todos ustedes, de manera especial a los ancianos y enfermos de sus comunidades, a los cuidados amorosos de María, Madre de la Iglesia", concluyó.
El discurso completo puede leerse en http://www.aciprensa.com/noticias/texto-discurso-del-papa-francisco-en-el-encuentro-con-religiosos-y-religiosas-en-kkottongnae-70667/#.U_EIx_mSz9V