El Papa Francisco visitó esta tarde la House of Hope (Casa de la Esperanza) de Kkotognae para personas con discapacidad, en medio de un gran ambiente de fiesta y alegría de todos los presentes.
El Santo Padre llegó a Kkotongnae en la diócesis coreana de Cheongju alrededor de las 4:15 p.m. (hora local) y fue recibido por miles de personas que en las calles saludaban al Pontífice con gritos como "Viva el Papá!", mientras agitaban banderas de Corea del Sur y del Vaticano.
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Luego de un breve recorrido, el Pontífice llegó hasta la Casa de la Esperanza en donde fue recibido por dos religiosos y un religioso a cargo del lugar, quienes le fueron mostrando el lugar en donde sirven a personas con discapacidad.
Al llegar a la capilla el Santo Padre se detuvo un momento a rezar con varias religiosas y con tres personas con discapacidad a quienes bendijo con afecto.
Luego pasaron a un salón en donde 50 personas con discapacidad, incluido un grupo de niños y niñas, esperaban al Santo Padre.
Uno de los pequeños en silla de ruedas le obsequió un ramo de flores que el Papa dejó a los pies de la imagen de la Virgen.
Luego otro de los pequeños le colocó una gran corona de flores violetas al Papa. La ciudad de Kkotongnae es conocida como la "ciudad de las flores". Seguidamente 11 niños bailaron dos canciones locales para el Santo Padre.
Mons. Gabriel Chang Bong-hun, Obispo de Cheongju, dirigió unas breves palabras al Santo Padre y señaló que "estos niños han sufrido de un doble abandono: abandonados primero por sus padres por sus problemas congénitos y luego por la sociedad en donde nadie quiere adoptarlos por el prejuicio contra los discapacitados".
"Santo Padre, su visita es un fuerte llamado para que practiquemos el amor preferencia y la preocupación por los niños discapacitados".
Luego de agradecer las palabras del Obispo, el Papa Francisco saludó y bendijo uno por uno a todos los niños presentes, a las religiosas y religiosos y compartió unas breves palabras con varios de ellos.
El Santo Padre dio su bendición final general a todos en castellano y rezo un Ave María con todos para luego despedirse.
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