"Este es el mundo al que ustedes están llamados a ir y dar testimonio del Evangelio de la esperanza", expresó el Papa Francisco este viernes a los miles de jóvenes que se reunieron en el Santuario de Solmoe, en Corea del Sur, alentándolos a compartir el mensaje de Cristo en sus familias, trabajos y centros de estudios.
Luego de agradecer el testimonio de tres jóvenes asiáticos y las palabras del Obispo de Daejeon, Mons. Lazzaro You Heung-sik, el Papa Francisco invitó a los participantes a reflexionar sobre el lema de la VI Jornada de la Juventud Asiática, "La gloria de los mártires brilla sobre ti".
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El Santo Padre dijo que así como Cristo "hizo brillar su gloria en el heroico testimonio de los mártires" hoy quiere "que resplandezca en sus vidas y que, a través de ustedes, ilumine la vida de este vasto Continente".
"Cristo llama a la puerta de sus corazones. Él les llama a despertar, a estar bien despejados y atentos, a ver las cosas que realmente importan en la vida. Y, más aún, les pide que vayan por los caminos y senderos de este mundo, llamando a las puertas de los corazones de los otros, invitándolos a acogerlo en sus vidas", afirmó en el discurso pronunciado en inglés y que fue traducido en coreano.
El Pontífice recordó en Jesús "todos los pueblos y naciones están llamados a una unidad que no destruye la diversidad, sino que la reconoce, la reconcilia y la enriquece".
Sin embargo, a menudo parece que las semillas del bien y de la esperanza "quedan sofocadas por la maleza del egoísmo, por la hostilidad y la injusticia, no sólo a nuestro alrededor, sino también en nuestros propios corazones".
"Nos preocupa la creciente desigualdad en nuestras sociedades entre ricos y pobres. Vemos signos de idolatría de la riqueza, del poder y del placer, obtenidos a un precio altísimo para la vida de los hombres", incluso muchos jóvenes, "en medio de una gran prosperidad material, sufren pobreza espiritual, soledad y callada desesperación. Parece como si Dios hubiera sido eliminado de este mundo".
"Es como si un desierto espiritual se estuviera propagando por todas partes. Afecta también a los jóvenes, robándoles la esperanza y, en tantos casos, incluso la vida misma. No obstante, éste es el mundo al que ustedes están llamados a ir y dar testimonio del Evangelio de la esperanza, el Evangelio de Jesucristo, y la promesa de su Reino", expresó el Pontífice.
"El Espíritu de Jesús puede dar nueva vida a cada corazón humano y puede transformar cualquier situación, incluso aquellas aparentemente sin esperanza. Éste es el mensaje que ustedes están llamados a compartir con sus coetáneos", reiteró Francisco.
Antes de culminar su discurso, el Papa exhortó a los jóvenes a confiar siempre en la fuerza que viene de Cristo, a permanecer cerca de Él con la oración cotidiana y no descuidar el Evangelio del amor y la caridad. Así, aseguró, serán "testigos auténticos y gozosos del Evangelio".
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