Los obispos colombianos se reunieron del 11 al 13 de agosto en una Asamblea Extraordinaria para evaluar el modo en que la Iglesia acompañará al país, ante las tensiones entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos.
A esto se suman los violentos hechos que los guerrilleros se adjudicaron luego de que Juan Manuel Santos fuera nuevamente elegido como presidente y tomara posesión del cargo.
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Los Obispos, preocupados por esta situación que vive el país, se congregaron en la Casa de la Paz, en Bogotá, para "diseñar estrategias para una pastoral de reconciliación y paz".
En este sentido, durante la Misa del último día, el Vicepresidente del Episcopado, Mons. Óscar Urbina Ortega animó a sus hermanos Prelados a "echarse el país herido en sus espaldas", como hizo el buen samaritano, pues pese a la "dura, dispersa y difícil situación que viven los hombres", la Iglesia está llamada a mirar con los ojos de Cristo para generar esperanza.
"El futuro del país atormenta a nuestra población ¿En qué terminará tanto esfuerzo en la búsqueda de la paz?... Si perdemos la esperanza, quedaremos privados de horizonte y perderemos el camino". "Debemos reconstruir a cada persona desde dentro y haciéndole entrar en relación, en reconciliación, preocupación por los demás y para generar un valle de vida", aseveró Mons. Urbina, Arzobispo de Villavicencio.
Por su parte, el Secretario de la Conferencia Episcopal de Colombia, Mons. José Falla manifestó a algunos medios de comunicación que el trabajo conclusivo de los Obispos se verá reflejado en unas orientaciones que servirán de guía para la marcha de la pastoral de la reconciliación y paz en Colombia.
Del mismo modo, afirmó que este documento no será enviado a la mesa de negociación entre las FARC y el gobierno central, en La Habana (Cuba), porque "la paz no sólo depende de la Habana, sino de todos".
Con respecto al acompañamiento de la Iglesia a las víctimas del conflicto, Mons. Falla señaló que éste debe tener los elementos psicológicos y espirituales. "Todos somos hijos de Dios, todos necesitamos un proceso de humanización y rehumanización, tanto las víctimas como los victimarios", enfatizó.
De igual forma comentó que posiblemente en La Habana estará un representante de la Iglesia, pero que aún no se conoce quién irá.