El Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra (Suiza), Mons. Silvano Tomasi, pidió a la comunidad internacional proveer asistencia humanitaria y una "efectiva protección militar" a los cristianos y otras minorías perseguidas en el norte de Irak por el Estado Islámico (ISIS).
En diálogo con Radio Vaticana el 9 de agosto, Mons. Tomasi dijo que "en este momento esperamos que la voz que surge desde diferentes comunidades religiosas y cristianas, desde musulmanes moderados, desde personas de buena voluntad alrededor del mundo, pueda encontrar la respuesta de una concreta ayuda humanitaria que sea proveída para los cristianos en el norte de Irak, y aún una efectiva protección política y militar".
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El representante vaticano recordó que el Papa Francisco y otros miembros de la comunidad cristiana, incluyendo el Consejo Mundial de Iglesias, "están tomando una posición firme en defensa (de los cristianos iraquíes) y su derecho a sobrevivir y vivir en paz en su propio hogar", en el que han permanecido por dos mil años.
Mons. Tomasi dijo que a largo plazo, "lo que se necesita es un diálogo de reconciliación y de aceptación de la diversidad en los diferentes contextos políticos y culturales en Medio Oriente, en el que una persona es considerada un ciudadano con iguales derechos y deberes para los estados, libre de asociarse con otra gente de la misma fe sin ser catalogados como una minoría".
Por su parte, este miércoles el Consejo de Seguridad de la ONU pidió al nuevo primer ministro de Irak, Haidar al Abadi, que forme de inmediato un gobierno de unidad capaz de frenar el avance del yihadista Estado Islámico.
Ayer martes, el Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había advertido que el avance del movimiento extremista se debió en parte al carácter sectario del primer ministro saliente, Nuri al Maliki, que favoreció a los musulmanes chiitas –de los que forma parte-, sin tomar en cuenta a los sunitas y kurdos, provocando que los primeros se unan al Estado Islámico.