El Obispo Auxiliar de San Pedro Sula (Honduras), Mons. Rómulo Emiliani, advirtió que la ola migratoria que ha llevado a que decenas de miles de menores lleguen de Centroamérica a Estados Unidos tiene su origen en mafias que crean "ilusiones falsas" a sus familias en los países de origen.
Diversos medios de comunicación han estimado en más de 50 mil los menores, en su mayoría sin compañía de sus padres o de alguien que se haga responsables de ellos, que han llegado a Estados Unidos en los últimos meses de forma ilegal, con la esperanza de un mejor futuro y de obtener la residencia.
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En declaraciones recogidas por el diario hondureño La Tribuna en julio de este año, Mons. Rómulo Emiliani denunció que "es lamentable la ilusión y el espejismo de que los Estados Unidos es lo mejor para todos los niños de Honduras, cuando hay promesas vanas y falsas de que llegando a ese país tendrán educación gratis, salud, comida y ropa".
"Han engañado a miles de padres de familia, hay unas mafias que se encargan de crear ilusiones falsas y espejismo diciendo que nuestros niños van a estar mejor allá que aquí", dijo.
Mons. Emiliani indicó que "es indigno y triste que en el país no podamos tener a nuestros niños con lo elemental que es la educación y la alimentación; es un deber del Estado y de todos nosotros cuidar a la niñez hondureña".
Similar opinión ha expresado el Canciller de El Salvador, Hugo Martínez, quien en junio de este año advirtió, en declaraciones recogidas por la agencia EFE, que "poner a sus hijos en manos de delincuentes es ponerlos en un peligro inminente, que puede acabar hasta con sus vidas".
Martínez calificó de "gran mentira" el ofrecimiento hecho por los mafiosos a las familias, que les aseguran que una vez que los menores lleguen a suelo estadounidense tendrán "resuelto su problema migratorio".
Gordon Jonathan Lewis, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en El Salvador, explicó a EFE que los traficantes de niños dicen a las familias de los menores que se beneficiarán de una supuesta amnistía debido a la "reforma migratoria en Estados Unidos; evidentemente, ese no es el caso".
Los menores son transportados por los mafiosos, junto a otros indocumentados que buscan ingresar a Estados Unidos en un tren mexicano conocido como "La Bestia", donde se ven expuestos a la delincuencia y a accidentes. Al ingresar a Estados Unidos, los menores deben sortear las duras condiciones del clima en el desierto de Arizona.
Los traficantes cobran a las familias de los menores entre 5 y 7 mil dólares por llevarlos a Estados Unidos.
El Obispo de San Pedro Sula criticó que miles "de niños hondureños estén saliendo como si lo que estuviéramos viviendo es una guerra, ya que es un éxodo parecido; la gente sale huyendo. Es algo que esperamos que se pueda detener y que esos niños tengan un futuro en el país".