Al instalar en el atrio de la Basílica de Guadalupe la tercera etapa del programa "Por tu Familia, desarme voluntario", la titular de la Secretaría de Desarrollo Social del Distrito Federal, Rosa Icela Rodríguez, agradeció a la Arquidiócesis de México su ayuda para el programa que busca disminuir los accidentes domésticos con armas de fuego.
"Estamos muy contentos porque la sociedad ha respondido de buena manera a esta convocatoria", expresó la funcionaria, al señalar que esto no sería posible sin la participación de las diferentes entidades del gobierno local, de la Secretaría de Defensa y de la Iglesia "que en todo momento nos ha apoyado para instalar los módulos".
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Según señala el SIAME, al finalizar esta 3ra etapa del programa, los vecinos de la delegación Gustavo A. Madero podrán acudir hasta el 25 de julio al atrio de la Basílica de Guadalupe para intercambiar sus armas de fuego por dinero en efectivo, despensas, laptops y electrodomésticos.
También los niños pueden llevar sus juguetes bélicos y cambiarlos por otros más nuevos y didácticos.
"Gracias a las autoridades por hospedarnos estas dos semanas", manifestó la Secretaría de Desarrollo Social, dirigiéndose al rector y vicerrector de la Basílica de Guadalupe, Mons Enrique GlennieGraue y el canónigo Pedro Tapia Rosete, respectivamente, quienes participaron en el acto de instalación del centro de canje.
Esta es la tercera ocasión en que el programa "Por tu Familia, desarme voluntario" recorre las 16 delegaciones del Distrito Federal y, en todas, los módulos de canje de armas han estado ubicados en el atrio de las parroquias más conocidas de la zona, por instrucciones del Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera.
De diciembre de 2012, que arrancó el programa, al 11 de julio de 2014, se han recolectado 12 mil 623 armas, lo que equivale al 232 por ciento de lo recaudado en la anterior administración, cuando no se utilizaban las instalaciones de los templos.
Los objetivos de este programa son propiciar el desarme voluntario de la población civil, fomentar la no adquisición de armas como herramientas de protección, promocionar una cultura de paz y seguridad pública en el interior de los hogares y promover la denuncia en lugar de "la justicia por propia mano".
En el mundo hay 875 millones de armas pequeñas, y el 75 por ciento de ellas están en manos de civiles, lo que se traduce en un riesgo de accidente en los hogares, especialmente para los niños.