Los obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) reflexionaron recientemente sobre la labor pastoral de los sacerdotes, concretamente en esa nación sudamericana que afronta una grave crisis en diversos ámbitos, y señalaron que no se puede generalizar las graves caídas de algunos presbíteros.
En su exhortación pastoral "Compartimos el consuelo que recibimos de Dios", los Obispos venezolanos señalan que "el sacerdote cumple su papel muchas veces entre contradicciones" incluso cuando "su misión es con frecuencia puesta en duda o ridiculizada".
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"Las limitaciones humanas que, naturalmente, afectan también a los sacerdotes, provocan no rara vez caídas y fallas, algunas de ellas graves, las cuales son injustamente generalizadas y enrostradas a los ministros ordenados", afirman luego y precisan que "la verdad es que la gran mayoría se esfuerza por guardar íntegra fidelidad a sus compromisos, y su trabajo produce, como los campos del sembrador del Evangelio, unas veces treinta, otras sesenta, otras ciento por uno".
Por esa razón, señalan, "la labor de los sacerdotes es considerada de gran valor por las comunidades cristianas, y ello se traduce en el aprecio por ellos, en la búsqueda de su orientación y opinión en campos diversos, en el surgimiento de vocaciones sacerdotales en el seno de las familias y las comunidades".
Las personas, recuerdan los prelados, reconocen "la importancia de la labor de los presbíteros y aprecia la entrega y la donación que, desde el amor a la Iglesia, son estímulo y ejemplo para todo el Pueblo de Dios y fomento de las vocaciones".
"En el hoy de nuestra Patria, la labor de los pastores implica saber tender puentes para propiciar el encuentro entre adversarios, y promover la reconciliación de nuestro pueblo, fracturado y dividido por las ideologías y las mentalidades".
Los obispos, que en esta última asamblea plenaria en la que estuvieron reunidos también con un grupo de sacerdotes, recuerdan que "en estos últimos años ha habido un incremento considerable de seminaristas y, por consiguiente, de ordenaciones sacerdotales".
"Sin embargo, el aumento de la población y el surgimiento de nuevos problemas hace insuficiente el número de ministros ordenados para atender las necesidades del Pueblo de Dios", lamentan.
Los prelados comentan también que "la promoción de las vocaciones sacerdotales corresponde a toda la comunidad cristiana, pero especialmente es una tarea encomendada a los obispos y presbíteros" por lo que expresan su compromiso para "trabajar denodadamente a fin de que podamos descubrir el llamado que el Señor ha sembrado en el corazón y el alma de muchos jóvenes".