Al concluir su 102° asamblea plenaria y en medio de la grave crisis que afecta al país en distintos ámbitos, los Obispos de Venezuela alentaron a los católicos a acoger el llamado del Papa Francisco y anunciar la alegría del Evangelio, a pesar del sufrimiento y "del drama que muchas veces caracteriza nuestra historia actual".
Así lo indicaron los prelados en su exhortación pastoral "Compartimos el consuelo que recibimos de Dios", dada a conocer hoy en conferencia de prensa. En el texto los obispos indican que "el Papa nos invita a anunciar la alegría del Evangelio incluso en el contexto de sufrimientos, confrontaciones, violencia y, en general, del drama que muchas veces caracteriza nuestra historia actual".
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"Ese testimonio es de mucho valor precisamente en ese ambiente, donde muchos pierden la esperanza y el deseo de vivir, sintiéndose vacíos y llenos de amargura".
Los obispos señalan luego que "no pocas veces la naturaleza y acción de la Iglesia han sido tergiversadas, en medio del calor de la diatriba política e ideológica que ha caracterizado los últimos años de la historia venezolana. Cuando los Obispos fijamos posición sobre temas diversos que atañen al acontecer nacional, lo hacemos como exigencia ética y moral de justicia, equidad y paz entre todos los venezolanos".
Los obispos denuncian luego algunos de los graves problemas que afectan a la población como "la violencia, inseguridad y criminalidad crecientes, el drama del desabastecimiento, el alza constante del costo de la vida, unida a las sucesivas devaluaciones de la moneda, la aplicación de controles excesivos a la actividad productiva. El pueblo se ve sometido a largas colas para obtener el mínimo sustento necesario, o a padecer las fallas de los servicios públicos fundamentales, como el agua y la luz eléctrica".
"Todo esto afecta al desenvolvimiento y tranquilidad de muchas familias. Quienes tienen en sus manos la solución de los problemas del pueblo parecen dar preferencia a otros intereses. Los pobres y en general los que sufren vienen a ser así simplemente una excusa o una pantalla ideológica para lograr otros fines".
Los obispos de la CEV precisan además que "agrava esta situación el panorama político actual: la pretensión de imponer un modelo político totalitario y un sistema educativo fuertemente ideologizado y centralizado, que amenaza su propia viabilidad y calidad; la criminalización de las protestas y la politización del poder judicial, que se manifiesta, entre otras cosas, en la existencia de presos políticos y en la situación de tantos jóvenes privados de libertad por haber participado en manifestaciones".
La CEV recuerda también que "la Constitución consagra el derecho a la libertad de pensamiento, y por tanto a la disidencia y a la legítima protesta (…) No será posible encontrar soluciones satisfactorias a los problemas que aquejan a la gente, ni se dará una verdadera reconciliación en nuestra sociedad, si no nos escuchamos, si se reprime sin investigar las causas por las que surgen las protestas".
"No es posible pretender una paz que suponga la renuncia a los derechos humanos, la aceptación de un estilo de vida impuesto y la utilización de la Constitución y las leyes a través de interpretaciones no compartidas y más bien rechazadas y denunciadas", advierten.
Tras exhortar a vivir la fe como el Siervo de Dios Don Gregorio Hernández, los obispos piden a la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela, que "nos acompañe en los afanes evangelizadores y nos ayude a superar la actual situación de angustia en que vivimos, a perdonarnos y reconciliarnos para que brille en nuestra patria la paz y la concordia propias de hijos de un mismo Dios y hermanos entre nosotros".
Para leer la exhortación completa de los obispos de Venezuela, ingrese a: http://www.aciprensa.com/CEVExhortacion.pdf