En una vigilia por la libertad religiosa realizada el 27 de junio en Lincoln (Nebraska), Mons. James Conley recordó que optar por el bien constituye el fin último de la libertad.
"Hemos sido liberados por Cristo para que podamos amar como Dios", aseguró el Obispo. "La libertad es la responsabilidad de escoger el bien por sobre el dinero, la comodidad, o los intereses. Como dice la carta del apóstol Santiago, la libertad es la responsabilidad de ser no solo oyentes sino hacedores de la palabra".
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La vigilia ecuménica se llevó a cabo en la iglesia presbiteriana Zion Presbyterian Church en Lincoln. En estas dos semanas, del 21 de junio al 4 de julio, los cristianos ofrecen oración y ayuno por la libertad religiosa en Estados Unidos.
En su discurso, el Obispo recordó la historia de uno de los himnos más queridos en Estados Unidos, Amazing Grace, que sirve como ejemplo de lo que significa ser liberados por la gracia de Dios para optar por el bien.
John Newton, autor de Amazing Grace, fue un comerciante de esclavos entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX en el Reino Unido. "Este negocio lo hizo rico, las comodidades y ganancias cegaron a John Newton", dijo Mons. Conley, "pero el Señor trabajó en su corazón abrió sus ojos a la verdad".
Cuando Newton reconoció la maldad del comercio de esclavos, comenzó a trabajar para abolir esta práctica y colaboró en el Acta del Comercio de Esclavos de 1807. Newton es un testimonio de lo que significa abrazar la libertad de viene de Cristo, aseguró Mons. Conley.
"La gracia libera a los cautivos, y la libertad es la gracia de conocer la plenitud de la verdad y de corresponderle", dijo el Obispo. "La libertad religiosa en Estados Unidos se está viendo amenazada de diversas maneras. Sin embargo, la libertad humana de optar por el bien es la gran amenaza para la injusticia caótica del demonio", señaló Mons. Conley, "la oscuridad del pecado no tiene mayor enemigo que los que llevan la luz de Cristo".
Asimismo, el Obispo reflexionó sobre algunas de las amenazas más recientes a la libertad religiosa en Estados Unidos, en las que se encuentra el mandato abortista que obliga a las empresas a ofrecer seguros que cubran anticonceptivos, fármacos abortivos y esterilización.
"La Corte Suprema de Estados Unidos decidirá si los cristianos tienen el derecho de llevar la fe a su administración de empresas" indicó. "Las iglesias, hospitales y universidades siguen siendo amenazadas".
El Obispo aclaró que estas persecuciones "no se comparan a lo que enfrentan los creyentes en todo el mundo". "En Medio Oriente, Asia y África los cristianos aún son golpeados, torturados y crucificados. Esto está pasando hoy".
Nuestra respuesta como cristianos, concluyó Mons. Conley, es la de conformarnos más con Cristo y evangelizar a otros para transformar el mundo a través del amor de Dios.