Cuando su selección ha clasificado a los octavos de final de la Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014, en la que su equipo enfrentará al conjunto anfitrión, el Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, explicó que el deporte es un gran medio de la evangelización que tiene una pedagogía extraordinaria para la formación humana y cristiana.
En una columna publicada en el www.periodicoencuentro.cl, el Cardenal explicó que "el deporte no es solamente una competencia, es una posibilidad de crecimiento".
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"Cuando fui rector del Colegio Salesiano de Concepción, dentro del programa educativo, los 1800 jóvenes tenían que hacer media hora de gimnasia todos los días al comienzo de la mañana. Así se crean hábitos humanos y cristianos como el cuidado de la salud, el desarrollo de los talentos, aprender las reglas de vida que supone practicar una disciplina, la capacidad de ser solidarios y honestos".
El Purpurado dijo luego que "no hay ninguna virtud humana y cristiana que no pueda tener un desarrollo a partir del deporte. Por consiguiente es un gran medio de evangelización, ya que permite que los jóvenes desarrollen virtudes que ayudan mucho en la vida".
"Por ejemplo, el empeño y compromiso de correr para obtener un gol tiene una transferencia en otro ámbito de la vida, que es saber que es necesaria la dedicación, el estudio constante y sacrificado para conseguir metas. El deporte es una pedagogía extraordinaria para la formación humana y también para la formación cristiana".
El Cardenal Ezzati indicó que no cree "en la eficacia de las tarjetas rojas. Creo más bien en el estímulo que hay que ofrecer a jóvenes, niños y a la sociedad entera con la tarjeta verde. Estoy convencido que el cultivo de lo bueno de las personas ayuda mucho más que el castigar las cosas malas".
Árbitro de fútbol
El Arzobispo de Santiago de Chile recordó también las ocasiones en que le tocó ser árbitro de fútbol "a partir de un encargo pastoral que me confiaron cuando era estudiante de teología en Roma. En 1967 me asignaron una zona muy pobre de Roma. Allí el decanato tenía organizado, como un elemento de pastoral, el acompañamiento a chiquillos que, por supuesto, vibraban con el deporte".
"Los acompañaba los días de semana, cuando tenían reuniones por equipo en ámbitos de formación cristiana y también en la organización del decanato que hacía pastoral a partir del deporte. En varias ocasiones me tocó hacer de árbitro cuando el titular faltaba o llegaba tarde y para hacerlo bien hice el curso".
El Cardenal comenta asimismo que "curiosamente ahora, cuando el Papa me creó Cardenal, me asignó una de las parroquias que pertenece a ese decanato, así es que en octubre, cuando asuma como titular, volveré a ese sector y lo haré con una alegría muy grande, porque la conocí en la cotidianeidad pastoral en ese sector periférico de Roma".