El P. Pedro Mercado, Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y encargado de las relaciones con el gobierno, señaló que el Estado no puede permitir que se "fabriquen" seres humanos con la fecundación de óvulos para fines científicos o "terapéuticos".
Así lo indicó tras conocer la demanda de la Procuraduría General de la Nación de Colombia que solicitó a la Corte Constitucional –que en el año 2006 despenalizó el aborto bajo tres causales y que desde entonces busca establecer esta práctica como un "derecho"– que declare como contrario a la Constitución un acápite del artículo 134 del Código Penal que permite la fecundación de óvulos con fines "terapéuticos" o científicos en "favor de otros seres humanos".
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En su demanda, la Procuraduría señaló que "aún sin perjuicio de cuál sea la postura que se adopte con respecto a si el ser humano no nacido es o no persona y sujeto de derechos, el aparte demandado es en todo caso contrario a las normas constitucionales, en la medida en que atenta contra la dignidad humana".
Sobre esta demanda, el Padre Mercado dijo al diario El Tiempo que comparte "plenamente la argumentación jurídica del Ministerio Público. El aparte del artículo 134 demandado es contrario a principios constitucionales tan importantes como la igualdad de la dignidad y de los derechos humanos que definen un Estado social de derecho. El Estado no puede permitir que se 'fabriquen' seres humanos para someterlos a experimentación científica".
Sobre la postura de la Iglesia en defensa de los derechos fundamentales de las personas, el sacerdote dijo que "la defensa de la dignidad humana exige el absoluto respeto de la vida, que no puede ser instrumentalizada. Ese es un criterio ético fundamental. A decir verdad, quienes defienden esta práctica (la fecundación artificial) desconocen que la ciencia ha desarrollado nuevas y eficaces líneas de investigación con las denominadas células madre, que no hacen necesaria la manipulación de embriones humanos".
"En conclusión, la prohibición de crear y utilizar embriones humanos para investigación en nada afecta el desarrollo de la ciencia", precisó.
El Secretario Adjunto de la CEC explicó también que "el embrión no es una 'cosa'. El desarrollo de las investigaciones sobre el genoma demuestra que, desde el primer momento, el embrión contiene todo el material genético necesario para alcanzar un pleno desarrollo humano".
"Por eso, el Estado tiene la obligación de brindarle suficientes garantías de protección. La Corte Constitucional no puede desconocer los datos de la ciencia estableciendo excepciones circunstanciales a la protección jurídica integral de la vida establecida en el artículo 11 de nuestra Constitución".