El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, ha enviado su carta semanal pastoral en la que habla sobre "la Eucaristía y los pobres, tesoro de la Iglesia", con motivo del día del Corpus Christi, también llamado Día de la Caridad, que celebrará este domingo.
Mons. Fernández explica en la carta que esta fiesta es "como un eco del jueves santo". En la Eucaristía Jesús "se entrega en sacrificio por nosotros, nos reúne en torno a su mesa y nos da a comer su mismo cuerpo, para incorporarnos a él y ser transformados en él. Este es el alimento de la vida eterna".
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"En la fiesta del Corpus se trata de aclamar al que ha llegado tan cerca de nosotros, compartiendo nuestra vida y cargando con nuestras miserias, para levantarnos hasta su nivel, hasta divinizarnos", afirma el Prelado.
Por eso asegura que la fiesta del Corpus Christi es una "exaltación de la Eucaristía que prolonga su presencia viva e irradiante de gracias para todo el que se acerca hasta él", y precisa que "todo lo que rodea a la Eucaristía es precioso, porque precioso es el tesoro que guarda la Iglesia para acercarlo a todos los que se acercan a ella, el pan vivo bajado del cielo, fortaleza para el que va de camino a la patria celeste, alimento de eternidad, comida que nos hace hermanos y nos invita a buscar a los pobres, a los privados de los bienes de Dios".
Además el Obispo especifica que la procesión del Corpus por las calles de nuestras ciudades "es un canto de alabanza a Jesucristo, que atrae las miradas de todos, y ante el que nos santiguamos o nos arrodillamos en señal de veneración y de fe. No es una imagen bendita la que pasea por nuestras calles y plazas, es el mismo Dios hecho hombre y prolongado en la Eucaristía".
De esta manera, "el que está en la Eucaristía nos habla de amor. No estaría él ahí, si no fuera por un amor loco que le ha llevado a despojarse de todo y entregarse por nosotros, un amor que le hace compartir nuestros sufrimientos para aliviarnos, un amor que le lleva a identificarse con todo el que sufre por cualquier causa", dice Mons. Fernández.
Y explica que "la Eucaristía ha sido el motor más potente para mover el corazón del hombre en la búsqueda de la solidaridad fraterna".
"No podemos adorar a Cristo en la Eucaristía y despreciarlo en los pobres o desentendernos de él, porque es la misma persona, Dios que se acerca hasta nosotros, en el sacramento y disfrazado en el pobre", explica.
Por eso, en el día del Corpus celebramos el Día de la Caridad. "El que ha conocido el amor de Cristo hasta el extremo, se siente al mismo tiempo impulsado a llevar ese mismo amor a los privados de tantos bienes que Dios quiere darles y los hombres no les han dado", afirma el Prelado.
En su carta, Mons. Fernández subraya que la caridad cristiana lleva a cumplir toda justicia, a dar a cada uno lo suyo y lo que le corresponde, pero también "a darle un plus de amor basado en la misericordia con la que Dios nos trata continuamente. La caridad cristiana nunca es rémora para la justicia, sino que allí donde la justicia no llega, llega la caridad y la misericordia, como hace Dios continuamente con nosotros".