En una sentida oración al final de la celebración de la Solemnidad del Corpus Christi, el Arzobispo de Arequipa (sur del Perú), Mons. Javier Del Río Alba, hizo un especial llamado a ayudar a las madres para que no se sometan a un aborto para destruir o matar a los "bebitos" que llevan en su seno.
En una fría noche de invierno y ante unos cinco mil fieles reunidos en la Plaza de Armas de Arequipa, Mons. Del Río exhortó a pedirle a Dios "para que el mal, para que la mentira nunca prevalezca. Para que en nuestro país se pueda seguir consolidando el matrimonio y la familia, un lugar en donde los niños necesitan nacer y crecer para desarrollarse bien".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El pedido del Arzobispo se enmarca en el debate actual de un proyecto de ley que busca equiparar al matrimonio las uniones homosexuales, presentado por el congresista Carlos Bruce, que sufrió una clara derrota en la Comisión de Justicia del Parlamento hace unos días.
Según informa el Arzobispado de Arequipa, Mons. Del Río animó luego a rezar a Dios para rechazar "esas iniciativas que quieren imponer el aborto y que cada cierto tiempo van tomando fuerza y que ahora quieren tomar nuevamente vigor. Para que el Señor nos conceda dejar amar a las mujeres, amar a las madres. Ayudemos a animar e incentivar a toda madre para que cuide a ese bebito que lleva en su seno, para que no lo destruya, no lo mate, no lo asesine".
El Prelado exhortó a rezar incansablemente "para que el mal no triunfe, para que nos conceda también a nosotros rezar cada día por esas personas que están equivocadas, por esas personas que habiéndose apartado tanto de Dios ya han perdido la noción de la diferencia entre el bien y el mal".
"Pidámosle al Señor que así como Él perdona nuestros pecados, así como Él nos ha llamado a conocer la verdad, también tenga misericordia de ellos, que también se apiade de ellos y les conceda conocer la verdad, la vida y la alegría", concluyó.
Antes de la Misa y de la procesión, más de 500 jóvenes de parroquias, movimientos laicales, universidades, colegios y otras entidades, vivieron una verdadera fiesta de la fe, al elaborar 32 alfombras de flores, como un homenaje a la real presencia de Cristo en la Eucaristía.