El Papa Francisco visitó hoy a los reclusos de la cárcel de Castrovillari, en Calabria, región fuertemente dominada por la mafia italiana N'dranghetta, y les alentó a arrepentirse y confiar en que el Señor perdona, acompaña y entiende.
En su discurso a los reclusos, el Santo Padre indicó que "el primer gesto de mi visita pastoral es el encuentro con ustedes, en esta cárcel de Castrovillari", para así "expresar la cercanía del Papa y de la Iglesia a cada hombre y cada mujer que está en la cárcel, en cada parte del mundo".
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"Jesús ha dicho 'yo estaba en la cárcel y vinisteis a verme'", recordó.
Francisco señaló que "en las reflexiones que se relacionan con los detenidos, a menudo se hace hincapié en el tema del respeto de los derechos fundamentales del hombre y la necesidad de las correspondientes condiciones de cumplimiento de la pena".
"Este aspecto de la política penitenciaria es ciertamente esencial y la atención en propósito debe mantenerse siempre alta. Pero esta perspectiva no es suficiente, si no está acompañada y completada de un empeño concreto de las instituciones, con miras a una reinserción efectiva en la sociedad".
El Papa indicó que "cuando esta finalidad es descuidada, la ejecución de la pena se degrada a un instrumento de solo castigo y represalia social, a su vez dañino para el individuo y para la sociedad. Y Dios no hace esto con nosotros. Dios, cuando perdona, nos acompaña y ayuda en el camino".
Dios perdona "siempre", reiteró, "incluso en las cosas pequeñas. Cuando vamos a confesarnos, el Señor nos dice: 'yo te perdono. Pero ahora tú vienes conmigo'.
Y Él nos ayuda a retomar el camino. Nunca condena, nunca perdona solamente, sino que perdona y acompaña".
"Porque somos frágiles y tenemos que retornar a la confesión, todos. Pero él no se cansa. Siempre nos toma de la mano. Este es el amor de Dios ¡y nosotros debemos imitarlo! La sociedad debe imitarlo. Hacer este camino".
El Papa dijo además que "una verdadera y plena reinserción de la persona no ocurre como fin de un camino solamente humano. En este camino entra también el encuentro con Dios, la capacidad de dejarnos mirar por Dios que nos ama".
Francisco indicó que "es más difícil dejarse mirar por Dios que mirar a Dios. Es más difícil dejarse encontrar por Dios que encontrar a Dios, porque en nosotros siempre hay una resistencia".
"Y Él te espera, Él nos mira, Él está siempre cerca. Este Dios que nos ama, que es capaz de comprendernos, perdonando nuestros errores. El Señor es un maestro de la reintegración: nos toma de la mano y nos lleva de nuevo a la comunidad".
El Papa subrayó que "el Señor siempre perdona, siempre acompaña, siempre entiende; a nosotros corresponde dejarnos entender, dejarnos perdonar, dejarnos acompañar".
"Deseo que cada uno de ustedes en este tiempo no se vaya a perder, sino que pueda ser un tiempo precioso, durante el cual pedir y obtener de Dios esta gracia.
Haciendo esto, contribuirán a sacar lo mejor de ustedes mismos, y al mismo tiempo también la comunidad, porque, en el bien y en el mal, nuestras acciones influyen en los demás, y a toda la familia humana".
Francisco también expresó su afecto a los familiares de los reclusos, y "un aliento a todos los que participan en esta Cárcel: a los directivos, a los agentes de policía carcelaria, a todo el personal".
"De corazón los bendigo a todos y los encomiendo a la protección de la Virgen María, nuestra Madre. Y por favor, les pido que recen por mí, porque yo también tengo mis errores y debo hacer penitencia. Gracias", concluyó.