En el marco del Día Mundial del Refugiado que se celebra este 20 de junio, el Nuncio Apostólico en Colombia Mons. Ettore Balestrero, recordó que la labor de la Iglesia es la de educar, abrir puertas del corazón y superar los prejuicios con los refugiados.
Así lo indicó el Nuncio en la homilía de la Misa que celebró en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en donde señaló que el fenómeno migratorio se debe a tres factores: la búsqueda de la esperanza para mejorar la calidad de vida, la huida de un peligro y la búsqueda de un tesoro que se persigue.
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Según señala la nota de la CEC, el Arzobispo dijo además que este fenómeno responde a dos actitudes: la del migrante que llega y la del residente que acoge.
El Nuncio recordó luego que el Papa Francisco "en su mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado ha hecho un llamado para que pasemos de una cultura del rechazo a una del encuentro".
Seguidamente alentó a promover las acciones que sugirió el Santo Padre: "promover la colaboración de los países de partida y los de destino, estableciendo normativas legales apropiadas, mejorar las condiciones económicas de los migrantes, su estabilidad y su serenidad y finalmente superar los prejuicios".
Mons. Balestrero llamó a acoger a los inmigrantes con respeto, cercanía y amor cristiano y "que no abandonemos nunca a quien nos necesita".
En la Misa participó un grupo de refugiados de Angola, Cuba, Ex-Yugoslavia, Venezuela, El Sanvador y Siria.
Más información en: http://www.cec.org.co/destacados-nuevo/2887-iglesia-debe-ayudar-para-que-abramos-el-corazon-a-los-refugiados