"Este es el tiempo de la misericordia", expresó el Papa Francisco durante el encuentro del domingo con la Comunidad de San Egidio en el barrio romano de Trastevere, donde los alentó a seguir por el camino de la oración, la atención a los pobres y el trabajo por la paz, pues la verdadera revolución es aquella de la compasión y la ternura.
"Vayan adelante por este camino: oración, pobres, y paz. Y caminando así, ayudarán a hacer crecer la compasión en el corazón de la sociedad - que es la verdadera revolución, aquella de la compasión y de la ternura – a hacer crecer la amistad en lugar de los fantasmas de la enemistad y la indiferencia", señaló el Pontífice.
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En su visita a este barrio, Francisco fue a la Basílica de Santa María para rendir homenaje a la imagen bizantina de la Virgen de la Clemencia, la más antigua de la capital italiana, y desde donde extendió su saludo a los miembros de la Comunidad de San Egidio en otras partes del mundo, animándolos "a ser amigos de Dios, de los pobres y de la paz: quien vive así, encontrará bendición en la vida y será una bendición para otros".
Desde esta basílica, el Santo Padre señaló que "orar en el centro de la ciudad no significa olvidar las periferias humanas y urbanas", sino escuchar y acoger "el Evangelio del amor, para ir al encuentro de nuestros hermanos y hermanas en las periferias de la ciudad y del mundo".
"Cada iglesia, cada comunidad está llamada a esto en la agitada y a veces confusa vida de la ciudad. Todo comienza con la oración. La oración preserva al hombre anónimo de la ciudad de tentaciones que pueden ser también las nuestras: el protagonismo por el cual todo gira a su alrededor, la indiferencia, el victimismo".
"La oración es la primera obra de su comunidad, y consiste en escuchar la Palabra de Dios, este pan, el pan que nos da fuerza, que nos hace ir hacia adelante", señaló Francisco. "Quien mira al Señor, ve a los demás", añadió.
El Papa, que también denunció la cultura del descarte en contra de niños y ancianos, alentó a los miembros de San Egidio a "mantener viva la esperanza de la paz" en aquellos países donde hay guerra. "Trabajar por la paz no da resultados rápidos, pero es una obra de artesanos pacientes que buscan lo que une y dejan de lado aquello que divide, como decía San Juan XXIII".
Francisco señaló que el mundo necesita más oración y diálogo, porque de lo contrario se "sofoca". "Pero el diálogo es posible sólo a partir de la propia identidad. No puedo fingir tener otra identidad para el diálogo (…). Yo 'soy' con esta identidad, pero dialogo, porque soy persona, porque soy hombre, soy mujer y el hombre y la mujer tienen esta posibilidad de dialogar sin negociar su identidad. El mundo se sofoca sin diálogo (…). Den su contribución para promover la amistad entre las religiones", alentó.