En la madrugada del 5 de junio desconocidos lanzaron nueve bombas molotov y bombas de pintura al Santuario de Lourdes ubicado en la comuna de Quinta Normal, en Santiago.
Los mayores daños los recibió la entrada de la Basílica del Santuario y una imagen de Cristo en la entrada de la Gruta de Lourdes. También fue afectada la tienda de recuerdos.
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"El daño más grande es contra la iglesia, contra un símbolo tan importante para toda una comunidad cristiana", lamentó el Hno. Asuncionista Ramón Gutiérrez, administrador del Santuario, quien agregó que esto "es un atentado contra la comunidad eclesial más que a una comunidad concreta".
Los Hermanos Asuncionistas, congregación a cargo del Santuario, se dieron cuenta de los hechos las mañana del 5 de junio cuando un sacristán fue a abrir el templo y vio los daños.
El Hno. Ramón Gutiérrez explicó que gracias a que las puertas de la Basílica son de metal se evitó un daño mayor, pues podría haberse producido un incendio. A pesar de esto los costos de reparación serán altos y además tomarán un tiempo largo, ya que el clima dificulta las reparaciones.
El Cardenal Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, envió una carta a la comunidad religiosa y parroquial del Santuario de Lourdes, expresando su "afecto y cercanía en este momento de prueba".
"Ustedes saben bien que la violencia insensata nunca será camino de civilización y de humanización, nunca. Por eso, junto a todos Ustedes, rechazo terminantemente este camino, tan irracional y tan ofensivo. Pidamos al Espíritu que corrija los desvíos y sane las heridas para que la violencia no deje indiferente a la sociedad chilena", dijo el Arzobispo en la carta.
El Cardenal Ezzati exhortó a la comunidad a "mantener el corazón en paz" y a "abrirlo a la acogida, a la misericordia y al perdón. Como nos ha enseñado Jesús con su ejemplo y su palabra, perdonar y ofrecer la otra mejilla es el camino evangélico de quienes lo quieren seguir".