Un grupo de investigadores de las universidades Durham y Lancaster, en Reino Unido, revelaron que los niños en el vientre pueden sentir el estrés de sus madres, e incluso pueden expresar este malestar físicamente, moviendo su mano izquierda hacia el rostro.
El estudio, publicado en la revista "Laterality: Asymmetries of Body, Brain and Cognition", apunta a que el estrés materno puede tener un efecto temporal en el niño por nacer, por lo que es conveniente evitarlo, en la medida de lo posible.
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La doctora Nadja Reissland, que trabaja en el departamento de Psicología de la Universidad de Durham y es la autora principal del estudio, indicó que esta investigación "sugiere que el estrés podría tener efecto sobre el comportamiento del niño en el útero y subraya la importancia de reducir el estrés materno durante el embarazo".
La investigadora sugiere que estas medidas pueden incluir "un creciente énfasis en detener el trabajo estresante temprano, la inclusión de clases de relajación en el cuidado prenatal y la participación de toda la familia en el periodo pre-natal".
El estudio, precisó, no sugiere que "el estrés materno lleve a un niño a volverse zurdo tras el nacimiento", sino que "la investigación sí sugiere, sin embargo, que un feto puede detectar cuándo una madre está estresada y que él responde a este estrés".
Para realizar la investigación, los científicos británicos utilizaron ecografías en 4D, con las que observaron a 15 bebés y grabaron 342 ocasiones en las que se tocaron el rostro.
Las imágenes fueron captadas en cuatro etapas diferentes del embarazo, entre las semanas 24 y 36.
La Dra. Reissland añadió que se necesitarán más investigaciones para saber si el estrés prenatal podría tener efectos a largo plazo en el desarrollo de los niños, tras el parto.