El Obispo Auxiliar de Seattle y Presidente del Comité sobre Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Mons. Eusebio L. Elizondo, aseguró que la desesperación de muchos inmigrantes que no encuentran otro camino más que el de transgredir las leyes existentes en Estados Unidos muestra la necesidad de una reforma integral de inmigración.
El Obispo Auxiliar de Seattle conversó con ACI Prensa después de una Misa celebrada el 29 de mayo en la Iglesia Católica de San Pedro en Capitol Hill, que fue ofrecida por los inmigrantes y las familias de las que fueron separados debido a la política actual de inmigración de Estados Unidos.
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En su homilía, el Arzobispo de Miami, Mons. Thomas G. Wenski, indicó que "cuando las leyes no promueven el bien común, pueden y deben ser cambiadas".
Antes de la Misa, los obispos se reunieron con un grupo de jóvenes conocidos como "DREAMers" (soñadores), que han crecido en Estados Unidos enfrentando muchos desafíos debido a la falta de documentación de sus familias.
Posteriormente, los obispos se reunieron con miembros de la Cámara de Representantes y su presidente John Boehner (R-Ohio), quien informó que se encuentran trabajando para solicitar al presidente Barack Obama emitir una orden ejecutiva para que las familias de inmigrantes puedan estar juntas sin tener que pasar por mayores dificultades.
Los esfuerzos por una reforma migratoria aumentaron el año pasado con la formación de un grupo bipartidista de senadores llamado Gang of Eight (la banda de los ocho) que trabajó para presentar una ley que ofrezca un camino a la ciudadanía para inmigrantes indocumentados y seguridad en la frontera de Estados Unidos. En junio de 2013, el Senado aprobó el proyecto de ley, sin embargo, quedó estancado en la Cámara de Representantes en medio de profundas divisiones entre los líderes republicanos.
La Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha trazado varios objetivos para una reforma de inmigración integral, incluyendo un "programa de legalización adquirida" con un "eventual camino a la obtención de la ciudadanía" para aquellos que superen la verificación de antecedentes y paguen una multa, junto con medidas de ejecución "dirigidas, proporcionales y humanas".
Los obispos también han solicitado un programa que ayude a los trabajadores inmigrantes poco calificados a trabajar de manera legal en el país, la restauración de la protección dentro de los procesos de inmigración, énfasis en la unidad de la familia y cambios en la ley que permita concentrarse en las causas más profundas de la inmigración.
Mons. Elizondo hizo un llamado a los católicos a que den "testimonio" en nombre de los inmigrantes, indicando que "ellos tienen sentimientos, tienen esperanza y tienen sueños", al igual que la posibilidad de jugar un rol esencial en la Iglesia en Estados Unidos.
Por su parte, Mons. Wenski indicó que el hecho de que muchas familias no cuente con documentos crea "una nueva clase baja" de personas que no tienen acceso a las mismas estructuras e instituciones legales que los demás residentes.
"Estamos pidiendo al Congreso que actúe", dijo el Arzobispo y recordó que "las leyes están diseñadas para beneficiar y no para dañar a la humanidad".