El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, abordó en su carta pastoral semanal el sacramento de la Confirmación –impartido tradicionalmente durante el tiempo de Pascua-, señalando que si bien éste completa el Bautismo, no es el "punto final, sino una etapa que conduce a otros momentos sucesivos de la vida cristiana" que debe conducir a una mayor formación en la fe y acercamiento a Dios y a la Iglesia.
Mons. Fernández explicó en su carta que el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía son los sacramentos de iniciación cristiana que "nos incorporan a Cristo y a su Iglesia, injertándonos en la cepa matriz que es Cristo para recibir la savia que nos lleve a producir frutos en abundancia".
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Durante el tiempo pascual suelen tener lugar las confirmaciones de adolescentes, jóvenes y adultos que "reciben este sacramento para constituirse en miembros vivos y de pleno derecho en la santa iglesia".
En ese sentido, explicó que la Confirmación completa el Bautismo. "En el Bautismo fuimos ungidos con el santo crisma, como expresión del Espíritu Santo que se derrama en nuestra cabeza y en nuestros corazones", mientras que en la Confirmación "volvemos a ser ungidos con el santo crisma para recibir la plenitud de Espíritu Santo y todos sus dones".
Mons. Fernández dijo que existe un olvido o dejadez con relación a este sacramento, por ello dio la bienvenida a "todos los que piden el sacramento de la Confirmación, sean jóvenes o adultos", porque es una "ocasión propicia para renovar las actitudes aletargadas y recordar la belleza de la vida cristiana".
La confirmación "no es un punto final sino una etapa que conduce a otros momentos sucesivos de la vida cristiana", expresó el Prelado, y animó a continuar con la formación cristiana en las virtudes para "que vayan configurando con Cristo", un acercamiento progresivo a Dios y a la Iglesia.