Más de 600 profesionales de la medicina reunidos en "Científicos por la Vida", presentó un manifiesto en defensa de la vida humana desde la concepción y del derecho a la objeción de conciencia para no colaborar ni directa ni indirectamente con la realización de un aborto.
Entre los firmantes está José María Villalón, médico especialista en Medicina deportiva y traumatología del deporte y jefe de los servicios médicos del Atlético de Madrid; Luis Chiva, médico especialista en Ginecología y Obstetricia y jefe del Servicio de Ginecología del Hospital MD Anderson de Madrid; José Manuel Moreno, médico especialista en Pediatría y jefe de la Unidad de Nutrición Pediátrica del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
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El acto fue presidido por la portavoz de Derecho a Vivir, la médico Gádor Joya. También participó Francisco Reinoso, médico especialista en Anestesiología y jefe de la Unidad del Dolor Pediátrico del Hospital La Paz de Madrid; y Mónica Rodríguez, médico especialista en Cardiología Pediátrica y diagnóstico prenatal que ejerce en el Hospital de Madrid Montepríncipe.
Este manifiesto "demuestra que desde la ciencia, desde la evidencia científica, se puede defender la vida humana dejando al margen argumentos ideológicos", ha declarado la Doctora Joya, que pidió "honestidad científica para no negar lo que es evidente: existe una vida humana desde el momento de la concepción, que ha de ser protegida y cuidada por los que nos hemos formado para curar y aliviar".
El doctor Villalón, de los servicios médicos del Atlético de Madrid definió el aborto como "el holocausto de nuestro tiempo".
En ese sentido el doctor Chiva, padre de un hijo con síndrome de Down, mostró su apoyo al anteproyecto de ley impulsado por el ministro Alberto Ruiz Gallardón, que "sin ser perfecto, supone un paso adelante" y por el que "se reconoce la dignidad de los niños con síndrome de Down".
Los médicos también han pedido que el programa de salud sexual que se imparte a menores en los colegios españoles "no esté manipulado" ideológicamente y que "no vaya en contra de lo que piensan los padres", especialmente en temas en los que "no hay consenso social ni evidencia de efectividad al no haber logrado disminuir la tasa de embarazos no deseados".
En ese sentido, Joya precisó que el número de embarazos y abortos entre adolescentes así como el del número de afectados por enfermedades de transmisión sexual ha aumentado.
El Manifiesto de Científicos por la Vida reivindica el derecho de los profesionales de la salud a ejercer la objeción de conciencia para no colaborar ni directa ni indirectamente con la muerte del hijo concebido, sin que por ello sufran ningún tipo de discriminación laboral y pide que la nueva ley garantice la coordinación centros de apoyo sanitario y sociolaboral que ayuden verdaderamente a la mujer y garanticen la seguridad que todo concebido merece.
Los firmantes reafirmaron su vocación al cuidado de los pacientes, incluidos los embriones, y afirman que el aborto no puede ser considerado un "acto médico", pues éstos están destinados a curar o paliar dolencia y no a acabar con la vida humana sea cual sea su fase de desarrollo.
También pidieron que se elimine de la legislación española el aborto inducido como un "derecho" de la mujer, ya que de esta manera la vida del hijo queda totalmente desprotegida y en manos de una tercera persona que decidirá sobre ella.
Reclama que se potencie "la información sobre los daños psicofísicos que el aborto supone, garantizando la protección que la mujer precisa"; que se propicien "protocolos que ofrezcan tratamientos adecuados para las discapacidades, favorezcan la integración social y que garanticen la atención integral que la familia necesita"; que se establezcan controles de los establecimientos donde se realizan abortos "para evitar fraudes a la Ley y exigir que los especialistas que certifiquen los supuestos contemplados pertenezcan al Sistema Nacional de Salud, impidiendo, así, que existan intereses económicos o de vinculación laboral propios del ámbito privado".