El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, habla en su carta pastoral semanal del Domingo del Buen Pastor que es también la Jornada mundial de oración por las vocaciones, e indicó que cada vocación es un milagro de Dios; asimismo recordó "esa bella imagen del pastor que ha encontrado la oveja descarriada y la ha cargado con más amor sobre sus hombros".
Gracias a esta imagen del Buen Pastor, afirmó, "uno no siente el peso de sus extravíos, sino la ternura de quien le ha encontrado y le ha salvado: Cristo el Señor resucitado". "Todos tenemos una vocación, hemos sido llamados por Dios a ser sus hijos y a gozar de su vida para siempre", señaló.
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"En esa vocación universal, cada uno ha de descubrir el plan de Dios que quiere hacerle feliz, su propia vocación en la que dar la vida al servicio de otros", explicó el Prelado, que pidió oraciones de manera especial por las "vocaciones de especial consagración", pues son quienes prolongan la ternura de Cristo Buen Pastor, buen samaritano. "Cuántas manos y corazones maternales, que palpan la carne de Cristo sufriente en los hospitales, con los enfermos terminales, entre los más pobres de la tierra". "Corazones virginales, en castidad perfecta consagrada al Señor, en pobreza y sin nada propio, sometidos a la obediencia para agradar a Dios. Oremos por todos estos hombres y mujeres que gastan su vida para hacer palpable la ternura del buen pastor, Jesucristo", ha pedido el Obispo.
Mons. Fernández también ha recordado de manera especial a los jóvenes que Dios llama "para prolongar el ministerio de Cristo buen pastor, sacerdote y testigo de la verdad". Y es que precisamente ese domingo un grupo numeroso de seminaristas recibirán la admisión a las sagradas Órdenes, lectores y acólitos.
"Damos gracias a Dios, porque cada uno de estos jóvenes es un milagro de Dios, cada uno de ellos es alegría y esperanza para la Iglesia, que seguirá teniendo pastores según el corazón de Cristo", ha dicho el Prelado.
"Necesitamos más sacerdotes, y Dios sigue llamando a jóvenes de nuestro tiempo para dar la vida en el sacerdocio ministerial. Oremos por todos ellos, oremos por los que descubren su vocación, oremos especialmente por los que vacilan a la hora de dar una respuesta generosa, oremos por la perseverancia de los que han emprendido esta camino. Oremos por las vocaciones sacerdotales", expresó.
Además ha recordado la figura de San Juan de Ávila, para inspirar a los jóvenes "que buscan, y no saben qué". La vocación "es un tema de enamoramiento. La iniciativa la tiene Dios, que en su Hijo hecho hombre se acerca hasta nosotros, para fascinarnos con su presencia y su hermosura, y comunicarnos a nosotros esa hermosura", señaló.
Mons. Fernández ha explicado que esta llamada de Dios "busca corazones que se dejen enamorar por el Señor, para seguirle de cerca, corporalmente, en pobreza, castidad y obediencia. La vocación no necesita muchas explicaciones, como no las necesita ningún enamoramiento". Precisó que ese atractivo inicial va tomando cuerpo en el corazón de quien es llamado y progresivamente "ya no entiende su vida sin Jesucristo, que le ha robado el corazón".