Líderes pro-vida del país expresaron su "estupor y tristeza" tras conocerse que, a pesar de la oposición de los médicos del Hospital Mariano y Luciano de la Vega a practicarle un aborto a una niña de 13 años por el riesgo que significaba para su propia vida, el procedimiento le fue realizado en un centro médico privado de Buenos Aires (Argentina).
Las ONGs feministas que promovieron el aborto para la niña, víctima de una violación, informaron hoy que, tras la negativa del hospital público, recurrieron a uno privado, cuyo nombre evitaron revelar.
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En declaraciones a ACI Prensa el 5 de mayo, la abogada y licenciada en Ciencias Políticas María Inés Franck, integrante del Observatorio Internacional de Políticas Públicas y Familia, señaló que "la noticia del aborto realizado a una joven en Argentina con un embarazo muy avanzado de al menos 23 semanas provoca estupor y tristeza. Siempre tenemos que tratar de hacer prevalecer la vida".
Franck aseguró que "se podría haber salvado la vida de la madre y de su hijo, que eventualmente podía ser dado en adopción si la madre no podía asumir la maternidad. Sin embargo, se eligió el camino de dar muerte al niño".
"En el caso, además, existieron reparos médicos sobre el riesgo para la salud de la niña-madre con un embarazo tan avanzado y el aborto significaba un riesgo para ambas vidas; sin embargo se eligió correr tal riesgo".
La líder pro-vida advirtió además que "no pocas dudas despierta el método utilizado para un aborto con un embarazo tan avanzado y nos preguntamos por el dolor sufrido por el bebé".
"Aún países como los Estados Unidos consideran que los abortos tardíos y que supone quitar la vida del niño viable tienen que ser limitados, como lo prueba el fallo Gonzales v. Carhart del año 2007 de la Corte Suprema de Estados Unidos que supuso la constitucionalidad de una ley que limita el aborto por nacimiento parcial".
Para la jurista, "el aborto realizado en este caso deja en claro que luego del fallo de la Corte Suprema de la Nación se instala en el país una auténtica cultura de la muerte".
Por su parte, Martín Patrito, directivo de la plataforma pro-vida ArgentinosAlerta, criticó que "los medios y las organizaciones sociales abortistas festejan que con la muerte del bebé se ha hecho efectivo el 'derecho al aborto no punible' supuestamente avalado por el fallo de la Corte Suprema de 2012 ("F.A.L s/Medida Autosatisfactiva") en el que hace una interpretación amplia de los incisos 1º y 2º del artículo 86 del Código Penal sobre aborto no punible".
Estos incisos consideran no punible el aborto por causales de peligro para la vida o la salud de la madre y en casos de violación.
Sin embargo, Patrito advirtió que "dichos artículos han quedado derogados en virtud de distintos Tratados internacionales que protegen la vida humana desde la concepción y que tienen jerarquía constitucional al haber sido incorporados en la Constitución Nacional de 1994. Por ejemplo, el Pacto de San José de Costa Rica en su artículo 4° establece que 'toda persona tiene derecho a que se respete su vida y, en general, a partir del momento de su concepción'".
"Además, el Código Penal no otorga una autorización para abortar en los casos de los incisos del artículo 86 ni, menos aún, confiere un 'derecho' a hacerlo; solo se limita a disponer que en esos casos no habrá sanción penal".
Martín Patrito subrayó que "no porque el legislador nacional haya dispuesto que, en ciertas condiciones, no es punible el aborto, éste deja de ser la privación de la vida de un niño. Existe una inmensa distancia entre desincriminar penalmente una conducta y reconocer el derecho a ejecutarla".
A pesar de esto, criticó, "las organizaciones de 'derechos humanos' festejan el aborto y se empecinan en no reconocer que el feto es una persona humana que tiene derechos y en primer lugar, el derecho a la vida, independientemente de cuáles hayan sido las condiciones en las que fue concebido".
"Aún en este caso de embarazo por violación, no se puede castigar al niño por nacer por el terrible delito de violación. Hacer esto implica someter a la mujer a un doble sufrimiento, el de una violación y el de un aborto. Se perpetúa así un ciclo de violencia sobre la mujer. En cambio, no tenemos noticias todavía sobre el paradero del violador", concluyó.