El Papa Francisco se ha encontrado hoy, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, con los reclutas de la Guardia Suiza Pontificia que mañana harán su juramento, acompañados por sus padres, familiares y amigos.
"Es un día especial -ha dicho- porque se conmemora el saqueo de Roma y el acto heroico de vuestros predecesores que, en 1527, dieron su vida por la defensa de la Iglesia y del Papa. Vuestra dedicación es la confirmación de que su valor y su fidelidad han dado sus frutos''.
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''El contexto social y eclesial ha cambiado mucho desde entonces: la sociedad es diferente respecto a esos días. Pero el corazón del hombre, su capacidad de ser fiel y valiente -acriter et fideliter, como dice vuestro lema- se ha mantenido igual. Servir en la Guardia Suiza Pontificia significa vivir una experiencia que prevé encontrarse con el tiempo y el espacio de una manera muy especial"
El Papa dijo luego que "con vuestro peculiar servicio, están llamados a dar un testimonio cristiano, pacífico y alegre a los que vienen al Vaticano para visitar la basílica de San Pedro y para encontrarse con el Papa. ¡Vivan intensamente vuestros días! -les ha dicho- Sed fuertes en la fe y generosos en la caridad hacia las personas que encuentren''.
El Santo Padre ha recordado que el uniforme de la Guardia Suiza este año celebra su centenario. ''Sus colores y su forma son conocidos en todo el mundo: recuerdan la dedicación, la seriedad y la seguridad. Identifican un servicio único y un pasado glorioso".
"Sin embargo, detrás de cada uniforme hay una persona real: con una familia y un país de origen, con una personalidad y una sensibilidad, con deseos y planes de vida. Vuestro uniforme es una característica llamativa de la Guardia Suiza y atrae la atención de la gente. Pero recuerden que no es el uniforme, sino quien lo lleva puesto lo que debe impresionar a los demás con su amabilidad, con el espíritu de hospitalidad, con la actitud de caridad hacia todos".
"Consideren esto también en la relación entre vosotros, dando importancia a vuestra vida comunitaria, al compartir los momentos felices y los más difíciles, sin olvidar a los que tengan problemas y, a veces necesiten una sonrisa y un gesto de estímulo y amistad; eviten una distancia negativa que los separe de vuestros compañeros y que, en la vida de todas las personas del mundo, puede generar desprecio, marginación o racismo''.