Silvano Gasperini tiene 87 años de edad y es vecino de Castel Gandolfo, el pueblo italiano en el que los Papas suelen residir en la temporada de verano. Conoció a Juan XXIII en su último año de vida y le agradece por haberlo animado a casarse y formar una familia.
"Conozco muy bien a Juan XXIII, él fue quien me empujó a la vocación del matrimonio", explicó Gasperini en declaraciones a ACI Prensa. Corría el año 1963 cuando conoció al "Papa Bueno", era el último año de su pontificado, y Gasperini fue invitado como presidente de los agricultores de la zona, junto al alcalde y el párroco de Castel Gandolfo al palacio papal.
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"El Papa conocía a los otros dos que venían conmigo, pero a mí no. Me preguntó directamente 'Y tú quién eres?', yo no sabía si podía hablar… el Papa seguía mirándome con curiosidad, tanto que a mí me empezó a dar apuro. Y me dijo de nuevo '¿Tú quién eres?'".
Silvano recuerda que el Papa Juan XXIII se encontraba en su último año de vida y ya estaba afectado por el cáncer, y en ese momento entabló una especie de amistad. "'Soy el presidente de cultivadores de Castel Gandolfo'. Entonces el Papa me dijo 'Oye, sabes que yo también hice de agricultor? Vengo de una familia de agricultores'".
Después, miró fijamente sus manos y le preguntó "¿Pero cuántos años tienes?". "Yo tenía casi 40 años. ¡Y comprendí por qué me miraba, porque no llevaba el anillo de casado en el dedo!". Acto seguido el Pontífice le dijo: "¡Sabes que a tu edad o uno se casa, o hace la vida religiosa!".
"Esas palabras del Papa me impactaron. En aquella época la gente de mi edad ya no se casaba y gracias a su empuje conocí a mi mujer y, unos años después, le pedí matrimonio y nos casamos. Le puedo contar que he tenido una familia modelo. Tanto por mi mujer como por mis hijos. Somos un clan de diez personas, siete mujeres y tres hombres muy generosos y estoy muy orgulloso".
Gasperini ha sido testigo del pontificado de ocho Papas, pero asegura que a quien recuerda con más cariño es a Juan XXIII. "Era un hombre muy sencillo, conocí a sus ayudantes, hice amistad con ellos, muy buena gente, y le puedo decir que era sencillísimo. De una normalidad que impresionaba en la época por la austeridad del Papa. Los ayudantes me enseñaron una vez una foto en el que Papa estaba sentado, con las piernas una encima de otra y un bastón en medio. ¡Como un viejito! Otras veces desaparecía a los ojos de la policía y ocurría que se había ido a dar una vuelta por su cuenta".
A Silvano ya no le acompañan las fuerzas como antes, trabaja en el negocio familiar, situado justo al lado del palacio papal, donde vende recuerdos de los Papas para los turistas, y está contento porque el Papa que le animó a construir su familia será canonizado este domingo en la Plaza de San Pedro del Vaticano junto al Beato Juan Pablo II.