Ante la polémicas por la decisión de un centro médico católico de no ejercer practicas anticonceptivas en Oklahoma, el vicepresidente de la a Asociación Médica Católica, Lester Ruppersberger defendió el derecho de los agentes sanitarios de no traicionar sus creencias ni su ética.
Ruppersberger declaró a Catholic News Agency –agencia de noticias del grupo ACI– que "los hospitales y centros de atención católicos no impiden que las mujeres tengan acceso a lo que quieren, simplemente no es parte de su servicio el proporcionarlo".
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"No están haciendo lobby en contra de los métodos anticonceptivos, simplemente no quieren verse obligados a traicionar su creencias y ética".
La polémica comenzó cuando se supo que los médicos del Centro Médico Jane Phillips, en Bartlesville, Oklahoma, tenían instrucciones de no prescribir métodos anticonceptivos. Los informes asociaron este reglamento al sistema de salud Ascension Health, nuevo patrocinador de St. John Health System, del cual el centro médico es miembro.
En un comunicado, St. John Health System se explicó que el sistema opera "en conjunto con las organizaciones de salud católicas" y en concordancia con la doctrina católica. Por lo tanto, no aprueba o apoya prácticas anticonceptivas".
El sistema añade que solamente los médicos están autorizados a ejercer y hacer un juicio clínico sobre sus pacientes. A pesar de "estar de acuerdo en acatar el reglamento", los médicos pueden prescribir tratamientos "de acuerdo a su propio juicio profesional". En ese caso, el médico debe informar al paciente de que está actuando bajo su juicio personal y no "a nombre de St. John Health System".
Los opositores al centro médico afirman que el sistema dificulta el acceso de métodos anticonceptivos y otros servicios, además de alejar a los pacientes de los médicos de la ciudad.
Sin embargo, Rebecca Peck, miembro de la Asociación Médica Católica, negó la hipótesis de que los métodos anticonceptivos son difíciles de facilitar, ya que, "están ampliamente disponibles, incluso si no existiera otro sistema de salud en el pueblo". Algunos incluso son gratis y otros pueden comprarse en la multinacional Wal-Mart por alrededor de 10 dólares al mes".
El 3 de abril, Peck dijo a CNA que los anticonceptivos y píldora del día después no previenen enfermedades, ya que "la fertilidad y los niños no son enfermedades". Asimismo, añadió que algunos estudios informan que el uso de anticonceptivos aumenta el riesgo de contraer cáncer de mama, cáncer cervical, derrames, trombosis e incluso la muerte.
Por su parte, Ruppersberger dijo que los católicos entienden que los métodos anticonceptivos "atentan contra el significado de acto marital" al separar la procreación de las dimensiones unitivas de las relaciones matrimoniales."
Ruppersberger indicó que los hospitales católicos existen para entregar "atención médica centrada en Cristo", la cual busca aplicar la doctrina católica "con integridad y compasión".
"Las verdaderas aplicaciones éticas y morales de estos principios nunca violarán la dignidad de la persona y el valor por la vida, desde su inicio hasta su término".