A través de la plataforma CitizenGO, más de mil personas han pedido a los jueces de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, que no permitan que se prive alimentos e hidratación a Marcelo Diez, un joven que se encuentra postrado en cama desde 1994, y cuyas hermanas han pedido que sea sometido a una eutanasia.

Marcelo Diez, un contador que por entonces tenía 30 años, se dirigía en su moto a un asado, en una chacra familiar, cuando un automóvil lo embistió en la Ruta Nacional 22, en Argentina. No volvería a ver a sus seres queridos. Era un domingo, 23 de octubre de 1994.

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Pero Marcelo no murió, aunque ese accidente estaría lejos de ser la última ocasión en la que la vida de Marcelo estaría en riesgo. Internado en un centro médico, el 8 de diciembre de ese mismo año una infección intrahospitalaria lo postró en cama de forma definitiva, con un estado de inconsciencia permanente.

Los firmantes recuerdan que "al morir sus padres hace tres años, sus hermanas iniciaron un proceso legal con el fin de suspender su alimentación e hidratación".

"El juzgado de primera instancia lo rechazó. Las hermanas recurrieron y el Tribunal Superior de Justicia accedió interpretando que se trataba de aplicar los derechos del paciente y que por lo tanto no necesitaba autorización judicial".

A esta medida, recordaron, "el ministerio público se opuso y elevó la cuestión a la Corte Suprema, que reclamó informe de la Procuradora de la Nación. El informe de 9 de abril pasado ordena retirar la alimentación y todas las medidas terapéuticas. Ahora le han pasado la pelota a la Corte Suprema".

"De momento el obispo de Neuquén, Mons. Virginio Bressanelli ha pedido que se actualice su diagnóstico porque –en su opinión- es posible que su situación haya cambiado".

El Prelado ha asegurado a la prensa que Marcelo Diez "es sensible a muestras de afecto y hacia quienes le conversan; se irradia su rostro al escuchar música; da señales visibles de displacer o cansancio cuando algo no le gusta".

En el mensaje remitido a los jueces de la Corte Suprema, los firmantes les recordaron que el caso de Marcelo Diez "no entraña ensañamiento terapéutico".

"Marcelo no vive gracias a medios extraordinarios sino a medios tan ordinarios como el comer o el beber. Dejar de alimentarlo e hidratarlo, sería como matarlo de sed y de hambre".

Además, indicaron, "Marcelo no se encuentra en situación terminal como exige la ley. Y por último, nunca ha tenido oportunidad de manifestar su voluntad".

"Por otra parte, los últimos acontecimientos hacen pensar en la necesidad de actualizar su diagnóstico. Rota en la cama, se rasca, muestra rostro de placer o rechazo. No parece que se pueda sostener que se encuentra en estado vegetativo. Y en caso de duda siempre se debería optar por proteger la vida".

Los más de mil firmantes subrayaron que "una sociedad que trata de ser inclusiva no puede permitir dejar morir de hambre y sed a quien no puede alimentarse por sí mismo".

Para firmar la campaña para que no se prive de alimentos e hidratación a Marcelo Diez, puede ingresar a: http://www.citizengo.org/es/6472-no-firmen-pena-muerte-para-marcelo