Chen Xiaotian, un niño de siete años, falleció el 2 de abril a causa de un tumor cerebral; sin embargo, antes de morir pidió que su riñón fuera trasplantado a su madre seriamente enferma, salvándole la vida.
La madre padece uremia, una enfermedad que se traduce en la acumulación de sustancias tóxicas en sangre, lo que afecta al cerebro, órganos respiratorios, circulatorios y digestivos, entre otros. La única manera de curarse es por trasplante de riñón.
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Según informó la prensa, la idea fue propuesta en un primer momento por la abuela del niño, pero la mamá se negó a aceptar la donación de su hijo moribundo. Sin embargo, el pequeño de la provincia de Hubei dijo que su último deseo era trasplantar su riñón a su mamá luego que falleciera. Chen tenía cáncer cerebral y durante el último año había perdido la vista porque el tumor presionaba su nervio óptico.
Sin embargo, el pequeño fue más allá y pidió que su otro riñón y el hígado fuesen también donados a otras personas. Las operaciones se realizaron con éxito horas después de su muerte.