El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha animado a la ciudadanía a votar en las próximas elecciones europeas del 25 de mayo y han pedido a los candidatos al Parlamento Europeo que trabajen por los más pobres, inmigrantes y la familia.
Así lo han manifestado los obispos españoles, haciendo suyas las reflexiones que ya han realizado los obispos europeos de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE).
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La COMECE ha indicado que el resultado de las elecciones configurará el Parlamento Europeo "durante los próximos cinco años y tendrá importantes consecuencias para aquellos a quienes les corresponda liderarla durante este periodo", por lo que considera "esencial que los ciudadanos de la UE participen en el proceso democrático emitiendo su voto en dicha jornada electoral". "A mayor participación, mayor fortaleza del nuevo Parlamento", ha añadido.
Además, consideran su deber "ofrecer orientación al votante europeo en la formación de su conciencia" por lo que ha recordado que "votar es un derecho y un deber de todo ciudadano de la UE".
"Millones de ciudadanos jóvenes votarán por primera vez: algunos de ellos cursan sus estudios, otros trabajan, pero muchos, por desgracia, están desempleados. Instamos a nuestros jóvenes a hacer oír su voz participando en el debate político y, sobre todo, votando", ha agregado.
Por otra parte, han destacado la importancia de que tanto los "aspirantes" por primera vez al Parlamento Europeo como "los que buscan renovar su escaño sean conscientes de los daños colaterales de la crisis económica y bancaria que comenzó en 2008".
"El Papa Francisco ha llamado públicamente la atención sobre la difícil situación de los pobres y vulnerables, de los jóvenes y personas discapacitadas, sin olvidar a aquellos que han sido empujados a la pobreza por la reciente crisis. El número de 'nuevos pobres' está creciendo a un ritmo alarmante", han manifestado.
Seguidamente, ven el proyecto europeo inspirado en una "visión noble de la humanidad", por lo que consideran que "los ciudadanos, las comunidades e incluso los estados-nación deben ser capaces de dejar de lado sus intereses particulares en la búsqueda del bien común".
Para COMECE, "la cultura de la moderación debe ser la fuente de inspiración de la economía social de mercado y de la política medioambiental". "Tenemos que aprender a vivir con menos, pero por la misma razón, hemos de hacer lo posible para que los que viven en una pobreza real accedan a un reparto más justo de los bienes", ha agregado.
Por otro lado, ve "importante que el progresivo movimiento hacia la unidad en la UE no sacrifique el principio de subsidiariedad" ni "ponga en peligro las tradiciones históricas". Además, indica que la solidaridad "debe gobernar las políticas en todos los niveles de la UE".
"Es esencial recordar que todos los ámbitos de las políticas socioeconómicas se han de sustentar es una visión del hombre arraigada en un profundo respeto a la dignidad humana. La vida humana debe ser protegida desde el momento de la concepción hasta el de la muerte natural. La familia, como célula básica de la sociedad, debe gozar también de la protección que necesita", sostiene la COMECE.
También, la COMECE ha manifestado que la responsabilidad de la recepción e integración de los inmigrantes y solicitantes de asilo debe ser compartida proporcionalmente por los estados miembros". "Es de vital importancia que el tratamiento de los inmigrantes en cada punto de entrada de la UE sea humano, que sus derechos humanos sean respetados escrupulosamente, y que, posteriormente, se haga todo lo posible, también por parte de las Iglesias, para asegurar su integración con éxito en la sociedad de acogida", señala.