El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, dedicó su carta semanal a la próxima Semana Santa, e indicó que esta no es una evasión de la realidad que vivimos, "sino un compromiso más fuerte con Jesús, que nos mira lleno de misericordia, y con los hermanos, que nos piden ayuda porque no llegan a fin de mes".
En la carta titulada "Vayamos y muramos con él", el Prelado aborda la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, así como las palabras del apóstol Tomás ante el anuncio de la Pasión del Señor.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
A pesar del arranque generoso de Tomás que quería morir con Jesús, según explicó el Obispo, "cuando llega la hora de la verdad, desaparecerá del escenario, como desaparecieron Pedro y casi todos los demás, siguiendo de lejos los acontecimientos del Maestro. Tan sólo nos consta de Juan, que estaba junto a la cruz con María la madre de Jesús, los demás se dejaron vencer por el miedo, quisieron salvar su pellejo antes que dar la cara por Jesús".
Sin embargo, Mons. Fernández recordó que "cuando Jesús resucita de entre los muertos, no les echa en cara este acobardamiento, sino que se muestra cariñoso con ellos, lleno de misericordia", en especial con el apóstol Tomás, "con el que tiene la condescendencia de aparecerse a los ocho días para mostrarle las llagas de sus manos y el costado abierto por la lanza. Domingo de la divina misericordia".
El Obispo de Córdoba explicó que "a Jesús le gustan nuestros arranques, nuestros buenos deseos, que brotan del amor verdadero, aunque tantas veces nos quedemos luego cortos en la realización".
"A santa Teresa de Jesús le gustaba decir que ella pertenecía a la cofradía de los buenos deseos, y ahí la tenemos llena de buenas obras, porque los buenos deseos son los que generan las buenas obras", señaló.
"Como los apóstoles, que a pesar de su debilidad en el momento fuerte de la cruz, una vez fortalecidos por la resurrección del Señor, serán capaces de anunciar a Cristo muerto y resucitado y dar la vida por él", recordó en su carta.
Por eso, Mons. Fernández pidió que en estos días santos, "dejemos que nuestro corazón se arranque como una saeta de amor a Jesús y a su bendita Madre, cuando contemplemos los distintos pasos del escenario de la pasión, muerte y resurrección del Señor". Aseguró que de esta manera no se quedará solo en buenos deseos, sino que éstos "antes o después, generan buenas obras".
El Obispo también recordó su reciente visita pastoral a un barrio necesitado de la ciudad. "Cuánta gente buena, cuánta pobreza hasta la carencia de lo más elemental, cuánta caridad y solidaridad para paliar los efectos de la crisis y del paro", señaló .
En ese sentido, indicó que la celebración de la Semana Santa no es una evasión de la realidad que vivimos, "sino un compromiso más fuerte con Jesús, que nos mira lleno de misericordia, y con los hermanos, que nos piden ayuda porque no llegan a fin de mes".
Será "una explosión de devoción, de entusiasmo, de fervor, de piedad. Dejemos que él –Jesús- nos mire. Sintamos la presencia maternal de la Madre que nos acompaña, especialmente en los momentos de dolor para paliarlos o en los momentos de gozo para multiplicarlo".
El Prelado invitó a los fieles a no quedarse en lo externo sino a entrar "en el corazón de Cristo, en el corazón de su Madre bendita para hacernos más humanos, para hacernos más divinos".
También pidió seguir el ejemplo de Santo Tomás en su buen deseo "de estar con Jesús y no dejarle nunca, y de salir al encuentro de tantas personas que sufren a nuestro alrededor".
"Cuando llegue el jueves santo, volveremos a escuchar el mandato de Jesús: 'Amaos unos a otros como yo os he amado', y veremos el gesto tan elocuente de Jesús lavando los pies de sus discípulos", señaló Mons. Fernández, que pidió también no permanecer impasibles ante tanto sufrimiento.
Finalmente, animó a que la Semana Santa "constituya un nuevo impulso para seguir de cerca a Jesús, que va camino de su entrega por amor, a fin de alcanzarnos el perdón de Dios. Y que ese amor que brota del corazón de Cristo mueva el nuestro para atender tantas necesidades de nuestro entorno".