El Papa Francisco expresó hoy su profundo dolor por la muerte del Cardenal Emmanuel III Delly, Patriarca emérito de la Iglesia Católica caldea de Babilonia (Irak), fallecido en la noche de ayer en un hospital de San Diego en los Estados Unidos a los 87 años.
El Pontífice destacó del fallecido Cardenal "la absoluta dedicación que siempre tuvo con su pueblo" en un telegrama que escribió, en inglés, al actual Patriarca de Babilonia de los Caldeos, Louis Raphaël I Sako.
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En el texto el Santo Padre reconoce "con profunda gratitud la absoluta dedicación que tuvo el patriarca con su pueblo, y las relaciones de respeto, justicia y paz que mantuvo con los creyentes de otras tradiciones religiosas".
Francisco envió sus condolencias al Patriarca caldeo, "pero también a los hombres y las mujeres religiosos y fieles del Patriarcado, tanto en Irak como en la diáspora".
Por su parte Su Beatitud Louis Raphaël Sako I recordó que el Patriarca Emérito vivió "más de 60 años como sacerdote, 50 de obispo y Patriarca, sirviendo siempre a la Iglesia en Irak. Si bien en circunstancias críticas, él supo permanecer fiel a la gente y a su patria".
"La situación era muy difícil, pero permaneció fiel aquí, en Irak, jamás pensó en huir o substraerse a sus responsabilidades". En diversos casos, intervino personalmente "pagando el rescate de sacerdotes secuestrados, cuando el secuestro de los cristianos –también y sobre todo entre los miembros del clero– se había convertido en una práctica común".
Mons. Sako anunció que celebrará en los próximos días una Misa de sufragio en la catedral caldea de San José en Bagdad, mientras que el funeral se realizará en Estados Unidos.
"Para nosotros cristianos iraquíes –concluye el Patriarca Sako– se avecina la Semana Santa que conduce a la Pascua de resurrección. El recuerdo del Cardenal Delly se inserta en el contexto de estas celebraciones, son tiempos fuertes que invitan a la reflexión y a la oración, debemos pensar, renovarnos, aceptar los sufrimientos como Jesús, para ser salvados".