El Arzobispo de Salta (Argentina), Mons. Mario Antonio Cargnello, denunció el deterioro social que está enfrentando la nación, así como el aumento del narcotráfico, que "está matando no tan lentamente" a los jóvenes y al país.
"Los negocios vinculados a la violencia y al placer, que tantos réditos económicos genera en amos del mundo encuentran en el narcotráfico una tristísima expresión que nos está matando no tan lentamente a muchos de nuestros jóvenes y no sólo jóvenes. El negocio de la droga se ha metido en barrios y lugares de nuestra ciudad y provincia y país. La violencia que la misma genera y alimenta, destruye familias y amenaza la paz social", afirmó.
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El Prelado compartió a la agencia AICA algunos pensamientos y reflexiones sobre la situación social que puso por escrito a pedido de El Tribuno. El segundo Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina señaló que en la actualidad existe "una crisis cultural que ha deteriorado las instituciones básicas que contienen y dan aire al desarrollo de la persona humana".
"La crisis de la familia y del concepto de autoridad, la ausencia de valores y de proponer la formación de virtudes, la desorientación de la libertad humana concebida como negación de cualquier límite, aún de los que nos permiten reconocernos y desarrollarnos como personas, la ausencia de Dios en la vida concreta de las personas arrinconándolo al ámbito de lo privado y/o de la piedad intimista e individualista constituye el telón de fondo", aseveró.
Mons. Cargnello también abordó la difícil situación económica argentina, donde el salario "se diluye y cada día es más difícil llegar a fin de mes. Los subsidios tampoco alcanzan y se ve crecer un resentimiento entre asalariados y subsidiados que no alienta la paz social. ¡Qué importante sería que los responsables asumieran con sinceridad sus equivocaciones y dijeran la verdad a la sociedad toda!".
Asimismo, exhortó a los responsables de la educación a "comprometerse en un verdadero pacto social que coloque la educación en el lugar que debe estar en nuestra patria y en el mundo".
El Prelado también se refirió a los linchamientos ocurridos últimamente. Indicó que se trata de algo inmoral que "muestra una Argentina que retrocede a pasos agigantados. La venganza no es justicia, alimenta la violencia".
"Pedimos a las personas, familias y barrios que renueven su paciencia con nuestra patria. Rogamos a Dios que nos dé esa paciencia. Pero también pedimos al Estado que contenga con la Ley y la Justicia a este pueblo que lo elige y sostiene", alegó.
"Es hora de mirar de frente una sociedad que está reclamando un ejercicio de la autoridad verdaderamente comprometido con el bien común y no con la búsqueda desenfrenada de alcanzar o conservar el poder. En este sentido pido a todos los comprometidos con la cosa pública a que no tengan miedo de creer que la autoridad es servicio y que la humildad de reconocer verdades y comprometerse por el bien de todos no es debilidad sino grandeza", concluyó.