El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, denunció el intento de quienes, argumentando una falsa tolerancia, buscan silenciar la voz de la Iglesia en el debate sobre la legalización del aborto y el mal llamado "matrimonio" gay.
En la edición del 5 de abril del programa radial Diálogo de Fe, el Cardenal Juan Luis Cipriani recordó que "se intentó en tantas épocas de la historia silenciar la voz de la Iglesia" y apuntó a que en la actualidad, con la tendencia del laicismo "en el fondo es decirle a la Iglesia: 'Usted no intervenga en los asuntos relativos a la vida y al comportamiento de los ciudadanos'".
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El Cardenal criticó que los laicistas dicen "además 'no quiero que hable usted, señor Cardenal, en nombre de la tolerancia cállese la boca'. Ni Cantinflas en una buena película hubiera hecho una afirmación igual".
"Hoy me comparan con Hitler. Realmente hace falta mucha creatividad. Creo que desde algún lugar hay como una indicación: 'Hay que silenciar a la Iglesia frente a una visión religiosa del ser humano'".
El Arzobispo de Lima, que recientemente convocó a más de 250 mil personas en la capital de Perú para manifestar su apoyo a la defensa de la vida, lamentó que tras su llamado a que la ciudadanía peruana sea quien decida sobre la aprobación del aborto y el "matrimonio" gay, "lo que he escuchado ha sido un griterío para decir que la Iglesia no hable. Creo que es un error muy grande".
"Todo ser humano tiene una dimensión religiosa: Ama a Dios, viene de Dios, ama al prójimo. En esta vida que se pretende imponer hay una selección y dicen 'Dios a la sacristía, Dios a la oscuridad de tu conciencia, no hay lugar para Dios'".
El Cardenal Cipriani señaló que "hay que reconocer que existe una libertad. Pero qué viene primero: ¿la libertad o la vida? Si no hay vida no hay libertad. Cuando hablamos del aborto estamos hablando del derecho a la vida, el primer derecho".
"Hay que aprender, si queremos ser una sociedad plural, tolerante, democrática, entonces no tengamos tanto temor a escuchar que hay un plan de Dios. Como lo dice el comunicado de la Conferencia Episcopal del Perú en el caso de la unión civil entre personas del mismo sexo".
El Arzobispo peruano remarcó que en el comunicado de la CEP, "claramente manifestamos que va en contra de esa ley natural, de ese orden natural, de esa verdadera identidad. Damos nuestra posición como Iglesia Católica, en un país donde hay una mayoría que sigue las enseñanzas de la Iglesia Católica".
"No estamos impidiendo el libre juego de la política, pero también en el Congreso hay una gran mayoría de miembros cuyas vidas están organizadas alrededor de unos valores de la persona y de la sociedad. Han sido elegidos por el pueblo y tienen el derecho de expresar esos valores".
"Por eso cuando se pretende descalificar la enseñanza de los obispos, la enseñanza de la Iglesia Católica sobre un tema muy claro: El matrimonio es de un hombre con una mujer. Se ha visto en el mundo entero que lo que se pretende es abrir la puerta para acabar fabricando el matrimonio de homosexuales", indicó.
Ante el rechazo de los promotores del aborto y del "matrimonio" gay a la posibilidad de que el pueblo peruano se exprese sobre estos temas a través de un referéndum, amparado por la Constitución, el Cardenal dijo que "no se entiende cómo a los demócratas les molesta mucho la expresión del pueblo. Democracia es la expresión del pueblo que con sus mayorías establece verdades legales".
El Arzobispo de Lima también advirtió sobre la crisis de la democracia, y señaló que sobre esta "debe haber unos valores comunes: respeto por la vida, respeto a la libertad de opinión, respeto a la libertad religiosa, aspectos comunes a una variedad de opiniones".
"Qué hacemos cuando la democracia dice 'Está permitido fumar marihuana, consumir droga'. Qué hacemos cuando la democracia dice en algún país 'Se puede matar a los niños ya vivos', la eutanasia de niños en Bélgica. Qué hacemos cuando se puede convalidar el poder democráticamente en Venezuela y tener un señor como Maduro masacrando a todos, qué hacemos ante esa crisis", cuestionó.
El Cardenal Cipriani reiteró que "la Iglesia enseña que la institución del matrimonio es de un hombre con una mujer, que es una unión indisoluble con vistas a la procreación del género humano. Esos padres tienen la obligación de enseñar y transmitir la fe y los modales a sus hijos".
A las personas homosexuales, indicó el Arzobispo, "la Iglesia irá a buscarlo, a enseñarle, a ayudarlo; simplemente no se le puede decir al ordenamiento jurídico que todo tipo de uniones tienen como esa característica del matrimonio".
"El Papa dijo con claridad unas palabras. Tenemos que decirle a la gente que tiene esa opción homosexual que no es la opción correcta, no tenemos temor. No los despreciamos, no los sacamos de la sociedad, pero tenemos que conducirlos al camino de respetar el orden natural. Cuando se habla de que es un progreso de la modernidad esa opción libre, yo diría no es un progreso, es una señal de la situación de la sociedad contemporánea".
Una sana laicidad del Estado, apuntó el Cardenal, "no quiere decir silencio, no quiere decir no tengo una opinión".
"Quien se considera miembro de la Iglesia acepta un concepto orgánico que está en el Catecismo de la Iglesia Católica, quien no acepta esos planteamientos se considera fuera de la Iglesia Católica. Ser de la Iglesia no es como ser socio de un club deportivo, es ser responsable y respetable de unos principios que están contenidos en el Catecismo de la Iglesia Católica".
"En un país que quiere progresar hay que saber discrepar en paz, hay que saber conversar sin insultar. Lo que he visto de gente que consideraba más o menos capaz alternar insultos. Uno puede discrepar pero no insulta a una persona con nombres y apellidos. En nombre de la libertad de expresión hay que saber tener más altura y profundidad", señaló.