El Papa Francisco recurrió a una nueva excepción para inscribir hoy en el libro de los santos al sacerdote jesuita José de Anchieta, el llamado "Apóstol de Brasil", a la religiosa María de la Encarnación, conocida como la "Madre de la Iglesia Católica en Canadá", y al Obispo de Québec (Canadá), Mons. Francisco de Montmorency-Laval. 
 

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Según la Constitución Apostólica Divinus Perfectionis Magister de 1983 y las normas de la Congregación para las Causas de los Santos, para que un beato sea declarado santo se necesita la aprobación de un milagro concedido por su intercesión. Sin embargo, el Papa tiene la facultad de suprimir este requisito. 
 
Radio Vaticano explicó hoy que al declarar santos a estos tres beatos, el Papa ha realizado una canonización llamada "equivalente". Según esta, el Santo Padre, por la autoridad que le compete, "extiende a la Iglesia universal el culto y la celebración litúrgica de un santo, una vez que se comprueban ciertas condiciones precisadas por el Papa Benedicto XIV (1675-1758)".
 
Esta praxis, señala la emisora vaticana, "ya ha sido utilizada por el Papa Francisco para la canonización de la beata Ángela de Foligno el 9 de octubre de 2013, y para San Pedro Fabro, el 17 de diciembre del mismo año, así como por su predecesores Benedicto XVI, Juan Pablo II, Juan XXIII y otros".
 
Por la actualidad de la explicación y por lo importancia del tema, ACI Prensa recuerda la entrevista que le hizo hace unos meses en Roma al sacerdote jesuita alemán P. Peter Gumpel, experto en procesos de canonización y derecho canónico en esta materia, además de relator de la Causa del Papa Pío XII, el Pontífice que sentó las bases del Concilio Vaticano II y salvó de morir a unos 800 mil judíos.
 
En dicha ocasión, el P. Gumpel explicó que el Papa puede declarar santo a un beato sin necesidad de un segundo milagro obrado por su intercesión. "La Biblia no habla de este requisito. El milagro es una ley eclesiástica y positiva dada por algunos Papas en el pasado, pero el Papa está por encima de eso y si él decide que debe hacerlo (declarar santo al beato) está en su derecho".
 
El Papa Francisco es el sucesor de San Pedro, "es una persona responsable. Y si quiere hacerlo está bien", añadió.
 
Según el Evangelio según San Mateo, Jesús dijo al apóstol San Pedro que fue el primer Papa de la Iglesia: "Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desates en la tierra será desatado en el cielo".
 
Además, precisó el sacerdote, el derecho canónico establece que se puede declarar santa a una persona en base a otros elementos y motivos que pueden sustituir un milagro demostrado científica y teológicamente.