El recién asumido Obispo de Iquique, Mons. Guillermo Vera, pasó esta madrugada acompañando a los damnificados del terremoto de 8.2 grados Richter y alerta de tsunami que afectó la zona norte de Chile.
"Las personas, templos vivos del Señor, son nuestra primera prioridad en este momento", comentó el Obispo, quien asumió la diócesis el último sábado 29 de marzo.
Luego de evacuar su casa, Mons. Vera acompañó durante la madrugada a los damnificados y visitó a los enfermos en el hospital local. En las últimas horas recorrió las parroquias, colegios e iglesias para evaluar los daños en Iquique, que es una de las localidades más afectadas por el terremoto.
Por su parte, Mons. René Rebolledo, Arzobispo de La Serena, también al norte del país, hizo un llamado a acompañar con la oración a "las personas que resultaron más afectadas con este terremoto en el norte, especialmente a quienes perdieron a familiares y a quienes sufren la incertidumbre".
Mons. Rebolledo agradeció a las familias que acogieron a quienes tuvieron que ser evacuados de sus casas en el borde costero y destacó la labor de la comunidad de la iglesia Santo Domingo, que se convirtió en un albergue.
El Arzobispo de La Serena pidió estar atentos "por si se hace necesario iniciar alguna campaña de apoyo".