El Arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo, ha considerado que el anteproyecto de reforma de la ley del aborto impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy, "sin ser ideal, trata de proteger más eficazmente la vida del concebido y no nacido frente a ley actual que supone una liberalización total del aborto, considerado como un derecho de la mujer, mientras se conculcan los más elementales derechos del hijo que lleva en sus entrañas".
Mons. Asenjo ha remitido una carta en estos términos, recogida por Europa Press, a los sacerdotes y religiosos de la arquidiócesis, ante la celebración de la Jornada por la Vida fijada para el 25 de marzo, una fecha para "recordar que la vida humana tiene un valor sagrado que se debe reconocer, respetar y promover porque es un don de Dios".
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Así, a su entender, el aborto es un "crimen abominable, como lo calificó el Concilio Vaticano II, por ser la eliminación voluntaria y querida de un ser humano a petición de sus progenitores, con el concurso de los médicos y los padres, que deberían tutelar esa vida naciente".
En este marco, asegura que el aborto es "siempre una inmoralidad, no es progreso sino regresión", de acuerdo a la moral cristiana, insistiendo en que "el solo anuncio de los propósitos del Gobierno de Rajoy ha desatado un vendaval mediático que demuestra que se está todavía muy lejos de respetar y defender la dignidad suprema de la persona humana desde su concepción hasta su ocaso natural".
Mons. Asenjo pone en valor la 'Semana por la Vida', que se celebrará del 21 al 27 de marzo con conferencias, mesas redondas, misas, un concierto y una concentración el domingo en la Plaza Nueva y apuesta por sensibilizar a los "católicos y a la sociedad en general, que en tantos casos acepta acríticamente el drama del aborto en nombre del progreso y de la libertad de la mujer".
Así, invita a "orar y proclamar el valor sagrado de toda vida humana desde su comienzo en la fecundación hasta su final natural" y pude sustituir la "cultura de la muerte por una cultura que acoja y promueva la vida". "Dios quiera que llegue el día en que el aborto sea suprimido de nuestras leyes y todos reconozcamos con vergüenza el inmenso y trágico error cometido en los siglos XX y XXI por la humanidad", sentencia.