La Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre, uno de los templos católicos más visitados en París (Francia), fue profanada la mañana del 19 de marzo, día del aniversario de la comuna parisina, llenando su fachada con frases de odio a la fe y a la Iglesia.
Los muros de la fachada de la iglesia, su puerta y el interior de la basílica, construida en 1873, fueron pintarrajeados con frases como "ni Dios ni Estado", "fuego a las capillas", "abajo Dios" y "quémame". Los autores de la profanación no la han reivindicado.
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Este templo es uno de los principales de la ciudad, donde Jesús Sacramentado recibe adoración día y noche.
La portavoz Julie Graziani, de la asociación de laicos católicos "Juntos por el Bien Común", denunció en una columna en el diario Le Figaro que esta profanación "es altamente simbólica y recuerda con tristeza que la política de la indiferencia o de 'dos pesos, dos medidas' se sigue aplicando" en Francia.
"Los autores de este ataque no reivindicado en esta etapa son probablemente de estos pequeños grupos de extrema izquierda, que prosperan en un año con la aprobación de las autoridades políticas, y se sienten alentados por la expresión de catolicofobia desinhibida".
Graziani subrayó que "la libertad de expresión es un derecho precioso. Es precisamente por esta razón que tenemos que defenderla contra los que quieren degenerar este derecho en abusos, y crear un instrumento de odio religioso o racial".
El alcalde de París, Bertrand Delanoë, condenó las "degradaciones inaceptables" cometidas en la Basílica del Sagrado Corazón, y expresó su apoyo "al conjunto de los católicos parisinos".
"Espero que sus autores sean identificados y detenidos rápidamente", expresó.